Over (#5)

12. hot

- Hola.

- hola. Te has quedado.

- no iba a dejarte sola. - dijo el enderezandose, mientras la veía bajar lentamente las escaleras y acercarse a el.
Inspiró profundamente con el objetivo de detectar si todavía estaba bajo los efectos del alcohol, pero todo lo que pudo detectar fue el olor a frutas, probablemente de sus productos de higiene, y el delicado olor de ella. A hembra y a pecado.

Verla caminar en su dirección, con sus pies desnudos y sólo tapada con una gran toalla, hizo que su corazón se acelerará. Pero se contuvo. Y no dio ningún paso en su dirección.

Esta noche pasada había aprendido más de la hembra de lo que le gustaría. Sabía que se deshinibia tototalmente con el alcohol , también había visto sobre su mesa de la cocina decenas de fotografías. Todas ellas de un hombre, dedujo su marido, en algunas de las fotos salían los dos juntos... el se negaba a ser su sustituto.
Quería el amor que veía en las fotos para si mismo y no poseer el cuerpo de una hembra mientras ella finge que el es otro.
El se merecía algo mejor. Y ella también.
Además era realista. Estuvo revisando por mucho tiempo las fotos y los recortes que habían sobre la mesa. Algunos era de revistas y periódicos, donde se describía al marido de la doctora como un auténtico dechado de virtudes, filántropo, multimillonario , inteligente, caritativo... la lista era casi interminable.
Algunos recortes le situaban como un play boy joven y apuesto. Pero se contaba como era un libertino reformado. También hablaban de ella. De como la hija del ama de llaves dio el braguetazo del siglo que un hombre 8 años mayor.
Over no sabía que pensar de todo lo que había leído. No le parecía que la doctora fuera alguien a quien le preocupara demasiado cosas como posición social o dinero.
Y que tenía el para ofrecerle?
No poseía dinero o empresas. Nunca ni siquiera pensó en ello. Era un especie que quería vivir en paz con los suyos.
Ni siquiera era de los especies importantes.

Disfrutaba de su anonimato.
Y aunque no quería volver a estar aislado, prefería una vida privada así, privada.

Sin duda no podía ser más opuesto a su difunto marido. Ni siquiera le salvaba el físico, el marido era un hombre de estatura normal y cuerpo atlético, nada que ver con los dos metros de Over o su musculatura grande y dura. Absolutamente nada. Que pensar si...

- Over? - la voz de ella le sacó de sus cavilaciones.- me estás escuchando?

- No. - el se esperaba enfado por parte de ella, el lugar de eso soltó una risita. - perdona. Que me decías?

- creo que tal vez seas un hombre más de acciones que de palabras. - dijo ella, y levantó los brazos que retenian la toalla contra su cuerpo. Over contuvo su aliento, ella sonrió.

- sigues ebria.

- Ne, Na, P, Ar ...

- eh? - preguntó el confuso, pero sin apartar la vista de la gloriosa visión ante el. Como podía existir tanta perfección?

- la tabla periódica. Por potencia ionica. No estoy borracha. Y gracias a ti no tengo resaca. - y con las manos en alto se sujetó la cabellera en alto y contoneo el cuerpo para El. Su mandíbula casi toca el suelo.

- eres hermosa. - y sin decir más palabra se puso en movimiento.
Y tomandola de las caderas acercó sus cuerpos.

La tensión sexual era palpable.

Ella todavia llena de adrenalina tras soltar la toalla Acerco sus manos a al pantalón de el. Le temblaban los dedos mientras le abría el cinturón y le desabrochaba el botón.

Tiro de los pantalones, que cayeron hasta sus tobillos. Usaba calzoncillos tipo bóxer. Ante sus ojos apareció una tienda de campaña.

Algo enorme, vivo, palpitaba debajo. Tenía miedo de mirar. Pero tenía que mirar.