Capítulo Primero

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Hola chicas, aquí comenzaré a postear otra historia guardada. Inocente deseo tenía de protagonistas a Esteban y María, pero me han pedido que elija otros personajes porque hay muchas historias de ese par, que por cierto es mi preferido. Pero en fin, espero les guste.



Heriberto se encontraba temprano en la mañana revisando unos papeles en su portafolio antes de irse a la clínica, se tomaba rápidamente un café y examinaba su correo en su ordenador portátil, de repente una pequeña persona entró sin avisar a su estudio.

- Buenos días papi - Gritó y Heriberto se sobresaltó y casi se mancha con el café. 

- Buenos días Anna, debes aprender a tocar  le dijo él sin voltear la mirada del ordenador.  

- Lo siento, - Se disculpó la niña y apoyó sus manos en el escritorio para mirar a su padre. - ¿quieres desayunar conmigo antes de irte?  - Esta vez no puedo cariño,  aún me faltan cosas por hacer y tengo una reunión importante. -  Anna se quedó callada, ya estaba lista para ir al colegio.

- La señorita Lopez ha tenido un bebé. Vendrá una nueva maestra de arte.

- ¿Si? - Heriberto reviso unas carpetas.

- ¿Vas a llevarme al colegio?

- No puedo hija - Heriberto se volteó rápidamente dirigiéndole a su pequeña hija una mirada de disculpa  Jacinto te llevará, luego iré a recogerte y tomaremos un helado. - su hija no se sintió animada, últimamente su padre dedicaba más tiempo a su trabajo y menos tiempo a estar con ella.

- Podemos ir al cine, o ver de nuevo la película de...

- Cariño, ahora no... - Le interrumpió Heriberto registrando una gaveta en busca de algo. - Ve a desayunar que para ti también se hace tarde. - Anna miró unos momentos el perfil de su padre y suspiró con dramatismo y caminó hacia la puerta. Una mamá seguro se interesaría por cuál era la película que deseaba ver, fruncio el ceño y dirigió una última mirada a su padre que no la estaba mirando.

- Hasta luego papi.

- Hasta luego tesoro, que te vaya bien. - Anna fue a la cocina, para desayunar algo antes de irse al colegio, ese era un colegio nuevo, tenía seis años y había estado como en cien colegios, bueno... Para una niña tan pequeña eran como cien. Heriberto era un cirujano muy solicitado y dedicaba desde la muerte de su esposa innumerables horas, Anna pese a ser una niña muy inteligente, nunca se adaptaba a los colegios y la solución de su padre siempre era cambiarla.

- Buenos días Tere. - Dijo sentándose en la mesa de la cocina

- Buenos días mi niña. ¿Qué quieres desayunar?

- Cereal y jugo de naranjas… - Suspiró y su nana la miró.

- ¿Y ese suspiro?

- Quería que mi papá me llevara al colegio. -  puso cara triste

- Mi niña sabes muy bien que tu papá tiene muchas cosas que atender, pero estoy segura que te recogerá. - la niña asintió y soltó con enojo lo que pensaba.

- Debería buscarme una mamá así ella se interesaría en mi - Anna siempre había sido muy madura para su edad,  a veces sus razonamientos no parecían de una niña de seis años. Teresa decía que era debido a que siempre estaba rodeada de gente mayor. La mujer ya entrada en años estaba consciente de que la niña necesitaba una figura materna; el único que al parecer no lo aceptaba era Heriberto.

Inocente DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora