No muy segura de lo que estaba haciendo, Cristina aceptó irse a la casa de Heriberto mientras se recuperaba. Mentalmente se excusó diciéndose que era práctico vivir en el mismo techo que el padre de su bebé, especialmente si ella iba a desear ir todos los días al hospital. Además, estaba Anna, a quien ella anhelaba ver y pasar un tiempo con ella. Pero en el fondo... menos profundo de lo que ella quería aceptar, estaba el hecho de desear estar cerca de él, de Heriberto.
Miguel aprobó el alta de Cristina al comprobar que su estado después del parto estaba evolucionando satisfactoriamente. Con unas cuantas recomendaciones, ella podría regresar a su rutina diaria paulatinamente. Después de la revisión, ella y Heriberto fueron de nuevo a visitar a Ángel y se quedaron un poco más de tiempo, susurrándole con gran cariño a su bebé.
Cristina lloró y pudo ver cómo le dolía también a Heriberto tener que irse sin su pequeño en brazos. Todos sus sueños de madre primeriza estaban siendo reemplazados por realidades que la inquietaban muchísimo. Sin embargo, el apoyo y la calidez de la mano de Heriberto junto a la suya hacían que todo se sintiera más cómodo, más fácil, más esperanzador.
Entraron a la casa Ríos Bernal y se encontraron con que Helena ya había dispuesto todo para recibir a Cristina en la que ahora sería su casa. El chofer subió sus maletas mientras Cristina era recibida entre abrazos y besos por parte de Anna.
- Cariño... vas a agobiar a Cristina – le dijo Heriberto sonriente
- Déjala, me encanta verla feliz. – comentó sonriente Cristina.
- ¿Cuándo viene Ángel? – preguntó la niña entusiasmada, entonces el rostro de Cristina pasó a la tristeza. Heriberto entonces se agachó a hablar de cerca a su hija.
- ¿Recuerdas lo que hablamos ayer? – Anna asintió rápidamente
- Ángel tiene que estar unos días en el hospital.
- Así es cariño... - Heriberto la abrazó y estampó un sonoro beso en su mejilla. – Ahora, Cristina va a recostarse un rato, así que vamos a dejarla descansar. ¿Entendido? – Anna volvió a asentir ahora menos entusiasmada, Cristina lo notó así que inmediatamente agregó.
- Podrías acompañarme esta tarde y leerme un cuento. – Los ojos de la pequeña se iluminaron y rápidamente corrió a volver a abrazarla. Los adultos se sonrieron entre sí.
- Bueno... - Heriberto se acercó a Cristina y ella no pudo darse cuenta de su intención hasta que se vio en sus brazos.
- He... Heriberto... no es necesario...
- Es mejor así. – Entonces, subió con ella en brazos hasta la habitación. Al llegar a la puerta, Cristina frunció el ceño.
- No voy a dormir en esta habitación.
- ¿Por qué no? – Le preguntó sin hacerle caso y entrando a la recámara.
- Pues... porque es tu habitación.
- ¿Qué hay de malo en ello? – continuó mientras la dejaba en la cama con suavidad.
- El hecho de que haya decidido venir a esta casa no quiere decir que lo hice pensando en que retomaríamos lo nuestro – le aclaró enfurruñada. Heriberto entonces se sentó y colocó sus brazos a cada lado de ella.

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Inocente Deseo
FanfictionAnna Ríos Bernal es una niña de seis años que vive con su padre, un hombre taciturno y dedicado a su trabajo, viudo y encadenado al recuerdo de su esposa muerta. Anna desea con todo corazón una mamá, pero su padre Heriberto Ríos Bernal no está dispu...