Heriberto se quedó estático al ver como Héctor besaba a su Cristina; porque era suya aunque hubiese pasado meses alejada de él. Aún podía oler su perfume en la almohada, o quizás eran imaginaciones suyas... ¿Qué tenía que hacer? ¿Cómo debía reaccionar? Su cerebro se imaginaba un sinfín de escenas, en todas Héctor se encontraba con su puño cerrado. Sin embargo, su cuerpo parecía haberse desconectado; estaba paralizado y no quiso ponerle una etiqueta a sus sentimientos, aunque su cerebro ya se burlaba de su miedo.
Cristina se dejó besar por un instante, pero se separó con suavidad, Héctor recorrió con sus labios la punta de su nariz y los deslizó hasta su frente en una dulce caricia que sí... calentó el corazón de Cristina.
- Héctor... - le dijo aún con sus ojos cerrados, ajenos al exterior.
- No respondas enseguida – le susurró él y se separó para que el la viera. Cristina entonces abrió sus ojos y lo observó en silencio, pero como si Heriberto se comunicara con ella, desvió su mirada a un punto sobre el hombro de Héctor.
El corazón de Cristina se detuvo tan abruptamente que incluso sintió que le dolía. Héctor notó su desconcierto y se volvió, entonces vio a Heriberto cuya expresión delataba su malestar. Que Cristina lo viera fue motivo suficiente para que Heriberto se acercara lentamente hasta quedar frente a ella.
- Hola Cristina
- Heriberto...
- No sabía que habías llegado a la ciudad. – En sus palabras había un dejo de reproche.
- Yo... llegué ayer. – Heriberto solo asintió sin dejar de mirarla fijamente a los ojos, tanto que Cristina comenzaba a sentirse incómoda.
- Heriberto, ¿cómo estás? – Le dijo Héctor extendiendo su mano para saludarlo, aunque lo que realmente deseaba hacer era romper el contacto con Cristina, pues comenzaba a sentirse en desventaja. Heriberto miró unos segundos más a Cristina y se volvió a Héctor, entonces tomó su mano con fuerza.
- Robledo. Parece que no tan bien como tú. – dijo sin poder evitar que sus ojos centellearan con furia.
- No me quejo – le respondió a su afrenta. Heriberto apretó su mandíbula con fuerza y se volvió de nuevo a Cristina.
- ¿Qué haces en este hospital?
- Vine a tomar una cita con el obstetra que me recomendó el médico que ha estado viendo mi embarazo.
- Debiste haberme dicho que regresabas. Habría ido a buscarte...
- Yo me encargué de que Cristina viniera cómoda – Heriberto no miró a Héctor, el resentimiento en sus ojos fue un mensaje directo a Cristina.
- Tú... ¿qué haces aquí? – le preguntó entonces Cristina.
- Vine a ver un paciente que está ingresado aquí. – Cristina asintió - ¿Crees que puedes atenderme dentro de unas horas?
- Iba a ir de compras con Héctor – Heriberto respiró hondo haciendo todo su esfuerzo por mantenerse ecuánime, pero estaba perdiendo la paciencia. Quizás ella notó que estaba llevándolo a su límite, así que agregó – Pero podemos ir otro día, ¿verdad Héctor?
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Inocente Deseo
FanfictionAnna Ríos Bernal es una niña de seis años que vive con su padre, un hombre taciturno y dedicado a su trabajo, viudo y encadenado al recuerdo de su esposa muerta. Anna desea con todo corazón una mamá, pero su padre Heriberto Ríos Bernal no está dispu...