Cristina durmió profundamente el resto de la noche y Heriberto cumplió su promesa, veló su sueño todo el tiempo. Ella había insistido en que él se acostara a su lado, pues sabía que el sofá acabaría con su espalda, y el no desaprovechó la oportunidad de estar cerca de ella. Disfrutó de ver su hermoso rostro que ahora estaba relajado después de saber que las cosas podían mejorar. Aprovechó para acariciar con suavidad sus facciones, enamorándose aún más, si era posible, de ella.
En algún momento tomó su mano y se sintió tentado de arrancar el anillo de compromiso que Héctor le había dado. Sin embargo, se prometió ser paciente con ella, porque ya bastaba con la presión de la incertidumbre que rodeaba el nacimiento de su hijo. Sonrió al recordar ese pequeñito que había sido fruto de su amor.
Ese último año le había traído innumerables sorpresas, una preciosa hada de ojos verdes que había chocado más que su automóvil, se había estrellado en su corazón y no quería salir de allí. Su hija había recibido un corazón sano y ahora gozaba de salud, cosa que el agradeció infinitamente. Ahora, un diminuto Ángel entraba en su vida para hacerlo más feliz y unirlo aún más a Cristina.
Recostados ahí en esa cama de hospital, nadie podría negar que eran dos personas que se amaban...
Cristina se movió despertándose y Heriberto que apenas llevaba poco tiempo dormitando se sobresaltó.
- Lo siento. – Heriberto se pasó la mano por la cara y sacudió la cabeza.
- No te preocupes, ¿Cómo te sientes?
- Mucho más descansada. ¿Pudiste dormir? – Heriberto asintió mintiéndole para no preocuparla.
- Estar acostado aquí contigo permitió que me relajara. – Heriberto se levantó con cuidado de no aplastarla en el proceso. - ¿Tienes hambre?
- Muchísima – Él sonrió y miró su reloj.
- No debe tardar Miguel en pasar a verte.
- Heriberto... ¿Cómo es que mi padre llegó tan rápido al hospital? – Él apretó los labios con fuerza al recordar la discusión con su madre.
- Tenías razón. – Cristina elevó una ceja en una expresión interrogante.
- Mi madre ha cazado a tu padre. – Ella abrió los ojos con sorpresa, pero enseguida se rió.
- No sé por qué te ríes.
- Porque me parece fantástico.
- Estaban viéndose a escondidas en MI casa. – Ella se rió aún más al verlo enojado, entonces él no pudo más que sonreírle. – Te burlas de mí.
- Un poco sí. – Le dijo ella respirando hondo y limpiándose una lágrima de sus ojos sonrientes.
- Seremos hermanastros – dijo él con el ceño fruncido y ella rió de nuevo. Entonces él puso los brazos a cada lado de su cuerpo, encerrándola y acercándose a su rostro. Cristina dejó de sonreír inmediatamente y tragó con fuerza – Tengo de todo... menos un instinto fraternal contigo.
- Sería como incesto... - le dijo ella en un susurro y lo miró con ojos divertidos. Los ojos de Heriberto se oscurecieron y fue a tomar su boca, pero una visita inoportuna hizo que se separara con desgana.
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Inocente Deseo
FanfictionAnna Ríos Bernal es una niña de seis años que vive con su padre, un hombre taciturno y dedicado a su trabajo, viudo y encadenado al recuerdo de su esposa muerta. Anna desea con todo corazón una mamá, pero su padre Heriberto Ríos Bernal no está dispu...