Héctor colgó el teléfono después de poner una expresión de incertidumbre. Y Cristina lo miró divertida.
- ¿Qué pasó? ¿Quién es?
- Colgaron la llamada. Era un hombre.
- ¿Un hombre? ¿Dijo su nombre?
- No. Pero me pareció conocida su voz. Bueno... no importa. ¿Te parece si preparo café? Me queda muy bien – le dijo con voz melosa y Cristina no pudo más que reírse.
- Bueno... a ver si es cierto. – El resto de la noche la pasaron conociéndose y Cristina se convenció que quizás era mejor olvidar a Heriberto Ríos Bernal y ver cómo avanzaban las cosas con Héctor. Al final de la noche sí aceptó un beso de despedida, pero no duró lo suficiente.
Después de mucho tiempo, Cristina se metió entre las frías sábanas de su cama y tomó su bolso. Allí encontró la pequeña tarjeta con el número personal de Heriberto, pensó en llamarlo y descartó la idea enseguida. Heriberto Ríos Bernal podía quedarse con su rubia curvilínea y su departamento de soltero. Enfurruñada se durmió, pero sus sueños no podía controlarlos. En la mañana se levantó gimiendo por el cansancio y obligó a su cuerpo a irse camino al trabajo. En media jornada recibió la llamada de su amiga.
- ¿No tienes otra que hacer con tu vida?
- Un bebé me quita las energías, pero las recupero enterándome de tus aventuras entre dos hombres. Además que las noches sin sexo son fatales – Cristina sonrió sin poder evitarlo. Después de contarle lo sucedido el día anterior, Juliana se vio muy afectada.
- Pobre chiquita. De solo pensar que mi pequeño... - la voz se le quebró.
- Yo pienso que es una niña muy fuerte. Vieras como le cambió el semblante después de que le diera su muñeca. - suspiró – Es una niña encantadora. Y se parece mucho a su papá.
- Vaya, ahora eres muy íntima de ese Ríos Bernal. ¿Ya te decidiste por él?
- No seas boba. Heriberto Ríos Bernal tiene para escoger entre muchas mujeres. Es guapo, rico, exitoso. ¿Por qué se fijaría en alguien insignificante como yo?
- ¡Te besó! Y te recuerdo que no solo una, dos veces.
- Tres
- ¿Tres?
- Sí. Ayer en el hospital, bueno... técnicamente fueron cuatro, si cuento el beso en la ducha.
- ¿Ducha? Acaso... ¿Qué está sucediendo con mi puritana amiga? – Cristina suspiró y se sentó en el sillón de profesores.
- Creo que estoy confundida – declaró en rendición.
- ¿Crees? Amiga estás muy equivocada, lo estás. Jamás te había visto así.
- Gerardo estuvo en mi casa anoche.
- Pero bueno, ese par... ¿se van a dedicar a hacerte la existencia imposible?
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Inocente Deseo
FanfictionAnna Ríos Bernal es una niña de seis años que vive con su padre, un hombre taciturno y dedicado a su trabajo, viudo y encadenado al recuerdo de su esposa muerta. Anna desea con todo corazón una mamá, pero su padre Heriberto Ríos Bernal no está dispu...