Play...¿Friend? [PG#2]

Capítulo 6

-¡Charlie no te vayas aún!- Marie me agarro del antebrazo y me puso frente a Axel- Este es mi hijo Axel, Axel ella es Charlie, nuestra nueva camarera.

-¿Camarera?, ¿trabajas en mi bar?- de repente y sin venir a cuento en su cara apareció una amplia sonrisa.

-Si- dije con un tono casi inaudible.

-Ya ha terminado su turno, llévala a casa que es su primer día y no ha sido nada fácil- sonrió Marie.

-Oh no, de verdad gracias, han venido a por mi- mentí.

-Entonces, acompañala a fuera.

Axel obedeció a su madre y salimos juntos, aunque no me iba a perder.

-Lo siento, a veces mi madre puede ser...

-No pasa nada -sonreí y busque con mi mirada y rece porque apareciera Máx, pero sabía perfectamente que eso no iba a ocurrir- ha sido un poco incomodo.

-En parte.

-¿Tu estabas cómodo?

-Desde que me ha dicho que trabajas en mi bar, sí.

-Eres tonto- rodé los ojos.

-¿Por que necesitas trabajar?, lo tienes todo.

-Todo excepto un coche, y quiero conseguirlo por mis propios medios.

-¿Trabajas por que necesitas un coche?

-Si.

-¿Que te ha dicho tu madre?

-No lo sabe.

-¿Cómo que no?

-Axel- lo miré a los ojos, sus preciosos ojos- no se lo digas a nadie, por favor no me gustaría que se enteren.

-¿Quiénes?

-Nadie, que no se entere nadie, por favor- agarre su mano en forma de súplica.

-Tranquila, tu secreto está a salvo conmigo.

-Gracias- sonreí.

Entonces el muy tonto comenzó a reír.

-¿Que te pasa?

-Siempre he querido decir esa frase, es como de película- siguió riendo y me contagio a mi también.

-¿Quien te lleva a casa?- pregunto una vez que se nos paso la risa.

-Lo cierto es que nadie, mentí, pero me pido un taxi.

-Claro que no, te llevo yo morena.

-Axel gracias, no te molestes.

-No me molestas, así me doy una vuelta.

-¿De verdad?, me sabe mal.

No lo conocía, trabajaba en su bar y además lo iba a hacer llevarme a mi casa, no, no podía comportarme así.

-Solo esta noche- acepté.

-Hasta que te compres tu coche.

Ni loca iba a dejar que Axel me llevase todos los días a casa hasta que logrará comprarme un coche, osea no, que se baje del pony.

El camino hasta casa fue cómodo, Axel y yo nos hacíamos preguntas para conocernos mejor, lo cierto es que algún tipo de preguntas provenientes de su parte hicieron silencios incómodos en el coche, pero él tenía tan buen carisma que no tardaba un segundo en cambiar de tema.

-Bueno, ¿mañana vuelves a trabajar?- preguntó aparcado en frente de mi gigantesca casa.

-Si, a la misma hora.