Capítulo 4

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Tenia calor, mucha calor, pero no podía abrir los ojos, más bien no quería abrirlos, tenia mucho sueño y además estaba muy cómoda.

Era un sentimiento contradictorio, quería despertarme por que me estaba muriendo de calor, pero otra parte de mí cuerpo me obligaba a quedarme en la posición en la que estaba.

Abrí mis ojos haciendo un máximo esfuerzo.

Cuando se me aclaro la vista vi el sol entrando por mi gran ventana.

Me giré para quitar la manta o lo que sea que me daba tanta calor.

Oh dios, oh dios, no me acordaba de esto.

-Máx despierta- lo zarandeé- ¡Máx!

-Shhh- tapó mi boca con su mano.

Yo le mordí el dedo y apartó la mano haciendo una mueca de disgusto pero sin abrir los ojos.

Aproveche que se separó de mi para ir al baño, coger un poco de agua en mis manos y arrojarsela a la cara.

-¿Que mierda haces?- parpadeo.

-Despiertate, no te pueden ver aquí.

-¿Estas ronca?

-Siempre lo estoy por la mañana- me crucé de brazos enfada porque no había reaccionado a lo que le había dicho.

-Estas preciosa por las mañanas, ¿te lo habían dicho alguna vez?

-Máx, eso no funciona conmigo.

-¿Que hay de desayunar?- puso sus manos en la nuca.

-Lo que sea que tengas en tu casa.

-Oye Charlie, ¿por que estoy aquí?, ¿acaso tu y yo hicimos...?

-¡No!- dije antes de que terminará-anoche te emborrachaste y yo te...cuide.

-No me acuerdo de nada.

-Lo suponía- corrí hacia mis altavoces y lo conecte a mi teléfono, luego puse la música a todo volumen.

-¡Para!, ¡dios me esta reventando la cabeza!- se tapó los oídos.

-Te presento a resaca, resaca te presento a Máx- reí y quite la música, me daba pena.

-Eres...

-Cuidado con el adjetivo que vayas a usar que anoche te cuide yo- eleve las cejas.

Se levantó de la cama y abrió la puerta y se fue caminando por el largo pasillo.

Yo lo seguí rápidamente mientras gritaba su nombre para que parase.

Lo vi dirijírse a la cocina y luego sentarse en la mesa.

-¿Y el desayuno?

-Coge cualquier cosa de la nevera- respire hondo, este chico acabaría conmigo.

-Puedo prepárarte unos huevos revueltos- dijo cuando me senté en frente suya.

-¿De veras?

-Si, te van a encantar- sonrió y se puso a cocinar.

Cuando terminó me puso el plato amarillento frente a mi, el se quedo mirándome con una amplia sonrisa mientras me metía una cucharada en la boca.

Lo saboreé, estaban bastante buenos.

-Mmm, que ricos.

-¿Te gustan?

-Si- seguí comiendo.

-Lo sabía.

Los dos comiamos mientras yo le contaba lo mal que lo pase anoche por su culpa, el reía como si fuera un chiste.

Play...¿Friend? [PG#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora