Del modo y manera que se ha de dar el agua para lavar las manos:
El servidor ha de dar aguamanos a su señor de esta manera. Poner un jarro lleno de agua sobre una fuente o un plato grande de plata, y unas toallas muy bien cogidas sobre el dicho jarro, que lleguen a los cantos o balda de la fuente. Que vaya el maestresala delante con una toalla en el hombro, y llegado delante de la mesa de su señor, y hecha su reverencia, tome el maestresala la toalla que está sobre las fuentes y tiéndala sobre la mesa delante del señor, y asiente sobre las toallas la fuente de encima. Y con la fuente debajo en que viene el agua, de aguamanos a su señor. Y después de que se haya lavado, levante luego las fuentes poniendo la una sobre la otra. Y el mestresala tienda sobre las manos del señor la toalla que trae sobre el hombro, y que quite las otras que tendió sobre la mesa para asentar las fuentes.
Asimismo puede el copero dar el aguamanos trayendo una fuente o plato grande canto para arriba en la mano derecha, y la toalla sobre el canto de la fuente o plato o sobre el hombro derecho, y el jarro del agua en la mano izquierda. Y llegados a la mesa el maestresala y el copero, y hecha su reverencia, hacer como arriba es dicho. Y esto se entiende para las personas que no son de salva.
El servicio a la real que es con salva, ha de hacerse de esta manera. Se ha de poner de rodillas el copero, que trae las fuentes una sobre la otra, y en ellas el agua que sea necesaria para que se lave el señor las manos en ella, y descubrir las fuentes besando primero la toalla y tendiéndola sobre la mesa ante el señor, y echar una poquita de agua en la orilla de la fuente de arriba, y hagan la salva el copero primero y el maestresala después, y ponga la fuente delante de su señor, y con la fuente debajo donde viene el agua. Echar agua en medio de la fuente que está sobre la mesa, y después que su señor se haya lavado, que levante el copero las fuentes como se ha dicho, poniendo la una sobre la otra, y haga su reverencia. Después que el maestresala haya tendido una toalla sobre las manos del señor, y tenga siempre aviso el copero, y también el maestresala, de reconocer las fuentes si tienen agua, y que no se descuide de esto porque a veces van vacías y llegan a la mesa y quedan burlados el maestresala y el copero y el señor, y cada vez que el maestresala dé la toalla a su señor, la debe besar antes de que se la tienda sobre las manos, y que también bese la otra que tiende sobre la mesa al tiempo que la pone, puesto de rodillas.
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El libro de los guisados
Non-FictionRecetas y consejos de maese Roberto de Nola, posible jefe de cocina del rey Fernando I de Nápoles. Transcrito por @Granuja Portada por @Madame_Miau