Descubriendo el amor

Las mazmorras, el lugar mas frío.

No quería decirlo porque lo volvería una realidad para ambos, porque aunque lo supiera el decirlo le hacia totalmente conciente de ello, porque podemos sentir mucho pero damos cuenta de lo que decimos, porque una vez fuera ya no hay vuelta atrás, porque por mucho que la amaba aun temía lastimarla.

Los sentimientos pueden callarse pero las palabras no pueden volver jamás, ahora tenia que afrontarlo, ahora era todo tan real, le había dicho que la amaba y ella había escuchado al fin la verdad.

Pero todo lo que lucho por no hablar, ahora parecía la peor perdida de tiempo, ahora parecía la peor estupidez, ahora sentía que había estado tan equivocado, lo sentía al tenerla entre sus brazos, al sentir su piel y poder oler su aroma tan cerca, al sentirla relajada consigo, al verla abrazarse a él ¿había sido un idiota por callar o por hablar? Eso ya no importaba, es que la necesitaba tanto.

Ella estaba recostada sobre su pecho y el sobre el respaldar de la cama, ahora sentía que había sido privado de todo un mundo de infinita felicidad que se había abierto ante él con solo tenerla así, ahora podía considerarse el hombre mas feliz y afortunado del planeta al tener a la mujer que amaba.

Ahora creyó que esto era lo que necesitó todo el tiempo, que fue un idiota porque lo pudo tener antes, y que daría todo por  tenerla siempre, se encontró sabiendo que ella podría ser su perdición, que bastaría que ella lo quisiera y podría destruirlo, porque ahora le había entregado el corazón y ya no era suyo.

Porque al confesarse había dejado ver su alma desnuda y sentirse mas indefenso que nunca, pero con solo haber ganado en ese momento, sabia que podría ser feliz por siempre.

Y entendió que él amor es dar el poder a otra persona para que te destruya pero esperar que no lo haga, entendió que cuando amas eres la persona mas débil ante la persona que amas, pero que vale la pena arriesgarse, porque con solo por ese momento ahí abrazados hubiera podido dar todo lo que tenia, porque con solo saberse amado le daba el placer mas grande aunque estuviera indefenso ante ella.

Y es que nunca le gusto sentirse débil, nunca dejó que los demás sintieran que tenían control sobre él, calladamente se complacía al ser doble espía ya que el hombre que creía era su dueño, estaba siendo traicionado en silencio, porque ni ante él ni ante nadie bajaría la cabeza, pero ahora que lo pensaba lo haría ante ella.

Y así se sentía, que estaba de rodillas ante ella, que agachaba la cabeza, pero esta vez no se sentía mal, ella se aferrba a él como si fuera la mas necesitada, pero si pudiera ver el corazón de él sabría quien era él mas débil de los dos, ella se aferraba a él y esto lo mantenía con dicha.

Él odiaba sentir que los demás tenían control sobre él, pero ahí estaba feliz entregándoselo a ella, nunca le gustó sentirse tan pequeño, pero ante la majestuosidad de ella no le importaba, le daba la oportunidad de admirarla.

Comprendió que quizás por eso le huyó tanto a todo afecto, porque sabia que amar a alguien es que te importe tanto que ya no solo eres responsable por ti mismo, que amar te vuelve débil porque correrías todos los riesgos por mantener a salvo a quien amas, que es abrirse a un mundo donde podrías ser dañado de millones de maneras y caminar cada día con la esperanzas de que ninguna te hiera.

Lo peor es que sabia que las sufriría con felicidad si de ella se tratara, que ahora ella podría hacerle daño sin siquiera saberlo pero él estaría dispuesto a perdonarle lo que sea.

Que con un beso o un abrazo de ella se olvidaría del mundo, que ya ni él se importaba.

Quizás por eso la daño tanto, quizás, por eso causaba miedo  a los demás, para que ninguno significará lo suficiente como para volverlo preso de sus sentimientos.