El amargado y soberbio profesor de pociones Severus Snape empieza a sentir algo mas que agradecimiento por la alumna que le salvo la vida en la guerra con Voldemort. Juntos podrán ir descubriendo lo hermoso y complejo de lo que llamamos amor.
Despues que Hermione al fin había oído una fecha con la que si estaba de acuerdo, estuvo satisfecha, y tranquilamente encendió la tele y le sonriò a Severus acomodándose en el sofá, se cambiò la ropa con un movimiento de varita para ponerse una pijama rosa bastante infantil, hizo aparecer dos sodas y palomitas, para luego proponerle ver una película antes de que se fuera.
Severus la miraba con algo de miedo, esa chica había cambiado de un momento a otro, ahora parecía una pequeña niña con cara de sueño que se dormirìa posiblemente frente al televisor, ¿había acaso caìdo en algún tipo de trampa? Ella acaba de conseguir adelantar la boda sin mucho esfuerzo y ahora le daba una cara de inocencia, solo merlin sabria como lo iba a manejar a su antojo, suspirò y se sentò a su lado.
Dos semanas pasaron dando la bienvenida a agosto, acordaron casarse a finales de ese mes, solo 2 dias antes de que las clases empezaran en hogwarts, de esa forma los profesores podrían estar presentes.
En esos días había vuelto a ser como en el primer mes que estuvieron juntos, tranquilo, se veìan poco por el trabajo de ella y ocuparse de los preparativos de la boda, aunque èl simplemente asentía a casi todas las sugerencias de ella y de lo único que se haría cargo sería de buscar su propio traje y los anillos por supuesto.
Las horas que pasaron juntos los fines de semanas volvieron a ser como antes, lectura de libros, charlas de pociones, hechizos, historia, y hasta literatura, ambos fascinados de encontrar al fin alguien con quien conversar a gusto de eso y con quien debatir.
El sábado de la primera semana de agosto Severus se quedó a dormir en casa de Hermione, habían estado hasta tarde conversando acerca de donde vivirían y si tendrían si o no una luna de miel.
Por esta vez él ganó la discusión y acordaron vivir en la hilandera, con las remodelaciones que Hermione quisiera, con el visto bueno de él por supuesto, pero esto solo sería al principio ya que decidieron buscar una casa nueva el siguiente año.
En cuanto a la luna de miel, había dado vueltas y vueltas al asunto, no querían un lugar que ya conocieran, ni que fuera muy concurrido, no querían que fuera un lugar mágico de mucha importancia pues querían pasar desapercibidos, tenía que ser un lugar cerca de la naturaleza, pues Hermione amaba los bosques, y él deseaba complacerla, tenían que tener bastante privacidad y sentirse cómodos.
Después de horas y horas de ver en la computadora de Hermione, encontraron un lugar, estaban dudosos por el clima, pues no estaban acostumbrados al calor, pero al ir viendo las imágenes Hermione quedó enamorada del paisaje, era como una pequeña cabaña en medio del bosque, con una vista increíble al bosque y a un lago.
El cuarto se veía acogedor y estaban seguros que nadie los buscaría ahí, después del escándalo en el profeta dos semanas atrás al enterarse de su relación, se sentían hastiados de estúpidos reporteros entrometidos.
El lugar se llamaba Selva negra y al ver el lago Severus recordó que a Hermione le gustaba bastante observar el lago negro, estaba decidido, irían ahí, quedaba bastante lejos, en un pequeño país de centroamerica llamado Nicaragua, pero la distancia no les importó mucho, viajar cuando eres mago, no toma mucho tiempo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
