Epilogo.

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Severus se levantó en el cuarto de su hijo menor quien dormía plácidamente a su lado. Se fue a su habitación esperando encontrar a su esposa pero no había nadie, la cama estaba hecho por lo que supuso que su esposa se encontraba en alguna otra parte de la casa, decidió darse una ducha antes de buscarla.

Hermione se encontraba haciendo el desayuno, al menos esta vez nada se había prendido fuego, ya verían que ella podría lograr lo que sea si se lo proponía. Estaba en total calma cuando unas manos frías la rodearon, sintió unos labios que besaban su cuello mientras era atraiada hacia un cuerpo conocido, el hombre la abrazó con fuerza suspirando en su oído, Hermione se giró para quedar frente al hombre.

Severus llevaba una toalla blanca en la cintura y el dorso desnudo, estaba descalzo y el cabello le escurría, era obvio que acababa de salir de la ducha, no solo por la condición del hombre, sino por el rastro mojado que se notaba provenir de la habitación de ambos, Hermione lo miró de pies a cabeza con ese pequeño rubor que a pesar de los años no había perdido cada vez que el hombre se le acercaba así o le decía algo que la dejaba sin palabras, a pesar de que el hombre ya contaba con 55 años de edad, jamas le había dejado de parecer atractivo, mas en ese estado en el que se encontraba, Hermione acarició el pecho del hombre con sus dos manos como queriendo grabar en su tacto la imagen que tenía, Severus al notar su reacción le dio una sonrisa del lado y creyó que la mujer le regresaría el gesto pero en cambio vio como fruncía el ceño y lo empujaba.

(Hermione):- Severus Snape! estas mojando toda mi cocina! eres un desastre, mira como has dejado, sube ahora mismo y te vas a vestir para venir a secar esto.

Severus la miró con semblante entre divertido y dudoso, ¿Por qué no hacerlo con magia? ella había decidido unos meses atrás empezar a enseñarles a sus hijos a hacer cosas sin magia ya que segun ella se estaba haciendo muy dependientes de la magia para todo y no iban a saber hacer nada sin esta, ya que casi todo lo hacía ella o su elfo o ellos los hacían con magia a espalda de ella. Durante años el tema de hacer las cosas a la manera muggle fue un tema de discusión para la pareja, él lo consideraba en ocasiones denigrante y ella a veces lo sobrevaloraba.

Sin embargo habían llegado a un acuerdo, pero era ridículo que lo obligara a él a actuar de aquella forma, muchos mas si sus hijos mayores no estaban en casa.

Decidió no complicar las cosas así que solo levantó una ceja y subió a su habitación.

Cuando regresó Hermione lo esperaba en la mesa con su hijo que botaba pedazos de la papilla que era su desayuno, el desayuno estaba servido y para sorpresa del pocionista este parecía de buen parecer, Severus pensó en hacer notar su enojo por el reciente rechazo de su esposa pero la veía sonreír con un sobre en la mano, Hermione lo giró para que él lo viera y tenía el sello de Hogwarts, al fin sabría en que casa había quedada Adam, su segundo hijo, esto le llevó de inmediato al recuerdo del día anterior, el que había sido el causante de que se despertaran tarde, y es que había sido un día bastante agotador del que solo su hijo menor parecía estará cien porciento repuesto, ya que ni la casa había sido arreglada por lo tarde que habían regresado a ella.

*Flash back del día anterior*

Severus se despertó esperando ver a su esposa la lado, darle un beso y levantarse a preparar el desayuno a como hacía de costumbre, sin embargo su esposa no estaba y su lugar estaba frío, lo que indicaba que se había levantado hace ya un buen tiempo.

Se desperezó y miró el reloj que descansaba en la mesita al lado de la cama, las 7:06 minutos, Diablos! era tarde.

Se ducho y bajó a elaborar el desayuno, para sorpresa de todos había resultado un muy buen cocinero, y es que en mucho tiempo que vivió solo, no dependió enteramente de elfos domésticos, también le gustaba la reacción de la chica al verlo cocinar cuando empezaron a vivir juntos y por último y posiblemente la mejor razón de porque cocinaba siempre el desayuno es que si bien su esposa era tremendamente talentosa en muchas cosas, la cocina no se le daba.

Descubriendo el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora