1

2.4K 73 44
                                    

Por su destacada labor y emprendedor espíritu, el premio al Publicista del Año es para... Justin Bieber.

Los aplausos acompañaban al rubio mientras subía al escenario para recibir por quinta ocasión consecutiva el reconocimiento más importante del mundo de la publicidad.

Inició sus palabras con un agradecimiento a los organizadores de esos premios, además expresó su más sincera felicitación a todos sus compañeros nominados, reconociendo que cada uno de ellos eran un claro ejemplo de preparación, esfuerzo y superación personal.

Dicho premio le permitió agradecer públicamente el esfuerzo y el apoyo de todas las personas que hicieron posible que pudiera estar ahí nuevamente.

Justin recibía con mucha ilusión ese galardón por su significado. Llegó a Nueva York cinco años atrás tras recibir una oferta de Calvin Klein para formar parte de sus filas y pronto su cara comenzó a aparecer en publicidades, portadas de revistas, redes sociales y comerciales por televisión a nivel mundial, al principio tuvo miedo, pero pudo lidiar con ello.

Pero, poco a poco despertó en él una gran capacidad creativa, que lo llevó a estudiar todo lo relacionado con el mundo de la publicidad y llegar a donde está ahora.

Y con emotivas palabras finalizó su discurso.

Y sí, en los cinco años que han pasado desde que comenzara a trabajar en Calvin Klein como modelo, Justin Bieber ha dado un gran salto en su carrera convirtiéndose ahora en un genio de la publicidad.

•••

— Tranquilo Shawn, no hay retraso en el vuelo, todo está bien, debería estar llegando a Nueva York mañana a primera hora.

— Justin, te advierto que si no llegas a tiempo, te mato, te necesito — dijo el castaño al teléfono.

— Cuenta con eso, todo sea por derrotar nuevamente al pesado de Andrew — sonrió.

— ¿Quieres que te busque en el aeropuerto? — preguntó el otro.

— Cálmate, no hace falta. Por cierto, no te he contado la mejor parte... Él está aquí, vino de sorpresa.

— ¿De verdad? Me alegro mucho por ti. Hacen bonita pareja.

— Sí, me invitó a cenar para celebrar el premio.

— Que lo pasen bien.

— Gracias.

Justin acomodaba la corbata alrededor de su cuello, caminó a paso lento hacia el armario de donde sacó un esmoquin blanco.

— ¡Justin, se hace tarde!

El rubio rodó los ojos ante los quejidos que se escuchaban desde el pasillo de la habitación del hotel, y rápidamente tomó su celular sobre la cama para luego peinar con los dedos su cabello una última vez.

— Oh, no. Celulares no, Justin — exclamó el chico, pero antes de que el rubio pudiera quejarse, él ya tenía el celular en sus manos, apagándolo inmediatamente.

— ¡Pero me pueden llamar de Calvin Klein! — reprochó Bieber.

El otro se acercó juntando sus labios en un rápido beso, algo que logró callar a Justin por unos segundos, quien siguió gustoso el beso.

— ¿Lo puedo llevar en mi bolsillo? Solo por esta noche — suplicó Justin.

El otro se dio vuelta ignorándolo y dándole la espalda mientras caminaba hacia el elevador.

— Eres el peor novio, Paulo — bufó Justin.

El ojiverde no puedo evitar soltar una carcajada ante el comentario del rubio, a quien atrajo hacia él para besar nuevamente en los labios.

El Guardaespaldas IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora