47

573 35 9
                                    

— Por favor, Ellie. Qué cosas dices.


— Mamá, dime que tú no eres cómplice de esto...


— ¿Por qué querría hacerle esto a Justin?


— Para que el hermano de Isaac no perteneciera a nuestra familia...


— Cosa que me preocupa, porque es una locura.


— Si te soy sincera, mamá, ya no quiero hablar contigo esta noche.


— Aunque tú no quieras, siempre me voy a preocupar. Ahora mismo estoy preocupada por Justin.


— No te preocupes tanto por él, pronto retomará su relación con ese chico.


— ¡Él no tiene nada que retomar! ¡Maluma lo engañó! ¡Y él debe sacarlo de su vida!


— ¿Te das cuenta de que sí sabes quién es Maluma? Mamá, estás ocultado algo, pero te repito que esta noche no quiero discutir contigo.


— No entiendo tu actitud, parece que estás en contra de los intereses de tu propia familia.


— Todo lo contrario, parece que en esta familia la única persona que piensa con sensatez, aparte de Justin, soy yo.


— ¿De qué estás hablando?


— Te he visto consumirte durante años en ese odio hacia Isaac, pero yo siempre me he preguntado si realmente él mató a mi hermano.


— ¿Qué estás diciendo? — cuestionó incrédula. — Él fue el culpable, por eso lo condenaron.


— No estoy segura. No sé si Isaac asesinó a mi hermano. Y si no es así, yo quiero meter en la cárcel al verdadero culpable de ese crimen.


— No doy crédito ante lo que estoy oyendo.


— Mamá, ahora miro las cosas desde otro punto de vista. A diferencia de ti, entiendo los sufrimientos y las injusticias.


— ¿Por qué tienes que ser tan dura?


— ¿No te das cuenta cómo dices las cosas? — preguntó. — Siempre con palabras hirientes, humillantes.


— Te amo y me duele escucharte decir eso.


— Sé que me amas, mamá, pero tu amor lleva marca Bieber, donde amar significa ser una propiedad. Tú crees ser dueña de lo que amas, al igual que mi hermano. Para ustedes dos el amor es parte de una negociación, como si se tratara de firmar un contrato, con condiciones, cláusulas y penalidades.


— Lo que me estás diciendo es horrible. Eso no es cierto.


— Creo que es mejor que no nos quieras tanto y nos dejes vivir como queramos.


Al día siguiente, Ellie terminaba su desayuno cuando vio a Bonnie salir de su habitación.


— Buenos días, mamá...


El Guardaespaldas IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora