El Guardaespaldas III

21

Madeline abría los ojos pesadamente, estaba en su habitación... Andrew y Justin se encontraban a su lado.

— ¿Qué ha pasado? — intentaba levantarse. — ¿Dónde está Jacob?

— Tranquila... — dijo Andrew regresándola a la cama. — Debes descansar.

— Todavía no sabemos nada... — dijo Justin.

El celular de Andrew sonó justo en ese momento.

— Es el hombre... — dijo el engominado, que no tardó en responder. — Hola... Sí... Soy yo...

— ¿Se puede saber cuándo vas a venir a buscar a tu hijo? — preguntó Paulo al otro lado de la linea. — Ya se ha comido tres cajas de galletas.

— Sé donde es... Voy para allá...

— ¿Qué pasó? — preguntó la chica preocupada. — ¿Qué te dijo?

— Cálmate... Era el hombre que tiene a nuestro hijo... Voy a buscar a Jacob...

— ¡Yo voy contigo! Puede ser peligroso.

— Madeline, no sabemos con quién estamos tratando. Yo me soy el padre de Jacob y lo voy a traer sano y salvo, te lo prometo.

— Si pide algún rescate, puedo pagar — ofreció Justin.

— No, gracias. No hace falta que alardees de tu dinero — bufó Andrew.

— Andrew, no lo digo por eso... — reprochó el otro.

— ¡Basta! No es momento para pelear — demandó la fotógrafa. — Andrew, trae a Jacob, por favor.

— Todo va a salir bien — aseguró su esposo. — Confía en mí...

Minutos después, Andrew entraba al departamento de Paulo.

— ¡Papá! — exclamó Jacob.

— ¡Hola! — abrazó al pequeño. — ¿Cómo te fue con el tío Paulo?

— ¡La pasé muy bien!

Paulo se acercó a Andrew para entregarle la mochila del niño, que comenzó a correr por todo el lugar.

— Madeline fue esta mañana a mi consultorio para pedirme que averiguara quién fue el donante...

— ¿Y lo hiciste? — preguntó.

— Lo intenté, pero me negaron la información.

— Mejor, ya no hace falta que hagas eso.

— ¿Estás seguro?

— Completamente. Después de esto, Madeline me va a perdonar.

— Yo la noté bastante molesta...

— Y yo conozco a mi esposa. Ahora solo espero que no vuelvas a cometer otra estupidez.