62

505 35 26
                                    

— Así como lo oyes, Jeremy — dijo Hugo. — El Guardaespaldas se acercó a mí y me pidió ayuda.


— Ah, tú lo estás ayudando. Muy bien. Supongo que debe confiar mucho en ti porque te mostró su identidad.


— Me sorprendí cuando supe quién era... — admitió. — Aunque la verdad, esa persona tiene toda la razón en hacer lo que está haciendo, por eso no dudé en darle mi apoyo.


— ¿Por qué no te mueres, Hugo? Le harías un gran favor a todos.


— Desde luego que lo haré, pero solo después de que El Guardaespaldas haga justicia.


— ¿Justicia? Yo de verdad no puedo entender cómo puedes seguirle el juego a ese desequilibrado.


— Desequilibrado o no. El Guardaespaldas está muy cerca de ti y sabe más de ti de lo que piensas. Así que, ten cuidado, Jeremy.


— Es Maluma, ¿cierto? — preguntó. — ¿O es su hermano? Los dos han trabajado para mi familia como guardaespaldas.


Hugo volvió a sonreír.


— No voy a arruinar la sorpresa que El Guardaespaldas te tiene preparada. Eso tendrás que averiguarlo por ti mismo.


— ¡Lárgate de mi oficina, Hugo! — ordenó. — ¡No quiero verte más!


— No te preocupes. La oficina que me gustaba ya te la quité. Además, tienes un pésimo gusto decorando.


Jeremy tomó algunos lapiceros y los arrojó en dirección al hombre, pero fue demasiado lento, el de bastón logró salir y cerrar la puerta antes de que pudiera hacerle daño.


Mientras tanto, Maluma entraba en la oficina de Justin.


El de barba se acercó para darle un beso, pero el rubio lo esquivó.


— ¿Qué pasa?


— ¿Cuándo me ibas a decir que habías elegido a Melissa como nueva imagen de la joyería?


— Jus, escucha. Yo no tenía ni idea de que regresaría.


— ¡Claro! No tenías ni idea pero sabes que anda rondando por la joyería.


— La acabo de ver después de seis años. Tienes que creerme.


— Entonces, ¿quién la propuso como nueva imagen de la joyería?


— No lo sé, la directiva no se ha reunido desde que destituyeron a tu papá del cargo.


— No me fío de ella, Maluma. La quiero lejos de aquí.


— ¿De verdad crees que yo sería capaz de elegir precisamente a Melissa como imagen de la joyería sabiendo todo el daño que nos hizo?


— No, no lo creo...


— A la última persona que elegiría para eso sería a Melissa, Jus. Tú lo sabes.


— Discúlpame, Maluma. Esto es algo que me supera — lamentó. — Los problemas entre mi familia y tu hermano, que vayamos a perder a Dylan, el regreso de Melissa, son muchas cosas.


El Guardaespaldas IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora