Una semana después...
Justin había salido del hospital, así que ahora se mantenía en pie gracias a dos muletas, las cuales tendría que usar por un tiempo ya que la mayor parte de su cuerpo aún no se encuentra estable por la herida.
— No creas que porque saliste del hospital vas a hacer lo que quieras... — advirtió Pattie. — Así que, por favor, te quedas tranquilo y descansas.
— Yo estoy bien... — insistía Justin desde el sofá. — Solo fue una tontería.
— Una tontería que por poco no cuentas... — le recordó. — Pasan los años pero sigues siendo igual de terco.
— Me voy a portar bien y descansaré — suspiró pensativo. — Lo prometo...
— ¿Qué te pasa? — preguntó Pattie. — Sabes que puedes confiar en mí.
— Arriesgué mi vida para salvar la de Maluma. No me importó nada, ni lo dudé un segundo. Solo lo hice. Me aterra saber por qué.
— Lo hiciste por instinto, no pienses más en eso. Ahora debes descansar.
— Tampoco puedo dejar de pensar que si estoy herido es porque me atravesé en la dirección de la bala, pero ese disparo no iba hacia mí...
— ¿Estás insinuando que alguien quiere matar a Maluma?
— Sí, pero no sé quién, ni por qué.
— No pienses en eso... — dijo la mujer tomando su bolso. — Me tengo que ir, pero recuerda q...
— Sí, mamá... — interrumpió su hijo. — Ya sé que tengo que descansar... — bufó. — Luego hablamos, un beso.
Su madre se marchó del lugar, pero solo un minuto después, el timbre sonó y el rubio tomó las muletas a su lado, apoyándose en ellas hasta abrir la puerta.
— Lo último que recuerdo es que te pedí que te alejaras de mí...
— Tranquilo, no te preocupes — dijo Maluma. — Sé que estás solo. Tengo algo de tiempo esperando que tu mamá saliera para subir.
— ¿Ahora también me espías? — preguntó. — ¿Qué te trae por aquí?
— ¿Cómo te sientes? Te veo mejor — sonrió. — Se nota que Pattie te cuida muy bien.
— Maluma, ¿quién te quiere matar?
— He estado muy preocupado por ti. Tú me salvaste la vida y yo quiero agradecértelo de alguna manera. Pídeme lo que quieras.
— No cambies el tema, ¿quién te quiere matar?
— Jus, no quiero hablar sobre eso. No quiero ponerte en riesgo.
— Creo que ya es demasiado tarde para eso... — dijo mostrando las vendas en su abdomen unos segundos. — Necesito que me expliques qué está pasando.
ESTÁS LEYENDO
El Guardaespaldas III
Fiksi PenggemarCinco años han pasado desde que Justin Bieber se mudara a Nueva York, ahora, convertido en un genio publicitario de Calvin Klein, comenzará a hacer, de manera inesperada, lo que nunca quiso: Trabajar también junto a su padre en la joyería familiar. ...