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— Esto es todo lo que tengo — aseguró Sophia.


— Está bien, tranquila. Vamos a ayudarte — dijo Maluma. — Ahora creo que debes descansar, has estado muy nerviosa todo el día.


— Muchas gracias, Maluma. Nunca esperé que hicieras esto por mí.


— Todo va a estar bien.


La publicista se dirigió a su habitación. Amanda comenzó a revisar los papeles con detenimiento.


— Maluma, este hombre es un criminal muy peligroso — alertó. — No nos estamos enfrentando a cualquier sujeto. Es un demente.


— A mí nunca me engañó. Tengo meses deseando su caída, pero no tenía pruebas para acusarlo. ¿Qué hay en esos papeles?


— Hay pruebas de todo. Falsificación de documentos, estafas, pagos a sicarios.


— No me sorprende...


La rubia hizo una pausa.


— Espera...


— ¿Qué pasa, Amanda?


— Mira esto... — le mostró uno de los papeles.


Maluma abrió los ojos en sorpresa.


— Esto no puede ser...


— Al parecer, don Enzo fue el responsable del secuestro de Brad.


— Esto es lo que he estado buscando durante años. Una prueba que demostrara la inocencia de mi hermano.


— Tenemos que detenerlo, Maluma. Debemos actuar ya.


— Espera, Amanda. No te apresures. Debemos preparar todo con mucho cuidado. Hay mucho en riesgo.


— ¿Qué piensas hacer?


— Necesito hablar con el hombre que es mencionado en este papel.


— Maluma, es una locura. Ese hombre debe ser un sicario o alguien muy peligroso. Ni siquiera sabes dónde está.


— Amanda, he buscando durante años una prueba que demuestre la inocencia de mi hermano. Yo le prometí a Isaac que iba a limpiar su nombre. Ahora que finalmente he encontrado la prueba, necesito que el verdadero responsable pague frente a todos por su crimen.


— Aún así, me sigue pareciendo peligroso. Lo mejor es dejar todo esto en manos de las autoridades.


— Entiéndeme. Quiero saber todo con detalle porque ese suceso le destruyó la vida a mi hermano, a mi familia y a mí. Pero también debo hacerlo por los Bieber, porque ellos necesitan saber la verdad. Solo así, Justin y yo podemos estar juntos de una vez por todas.


La abogada respiró profundo.


— Está bien. ¿Qué quieres que haga?


— De momento, encárgate de resguardar muy bien estos papeles. No quiero que comentes esto con nadie, ni siquiera con Isaac y mucho menos con Justin.


— ¿Por qué? Creo que ellos deberían saberlo.


— No quiero poner a nadie en peligro. Entre el juicio y el regreso de Brad, Justin ha estado muy nervioso estos días. Imagina si llega a saber que Dylan corre peligro.


El Guardaespaldas IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora