CAPÍTULO 27: FIRMAS Y PLANES

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¡Un pequeño agradecimiento por los votos que han dado a ésta historia!

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- Ah... Enzo, ¡se siente... increíble!- gemía entrecortadamente el noruego, con su blanca piel cortada por chorros color caramelo. Miel de maple hacia brillar su cuerpo como una delicia lista para comer.

Aquel joven se retorcía como una serpiente enrollada a la persona que lo llenaba de placer: ese italiano sonriente y devastadoramente bello, con armónicos ojos felinos del color del mar, brillantes y lujuriosos como su dueño mismo.

Baladi recorrió los ríos de miel a lo largo de la piel del abdomen de Jan, recogiendo con la punta de la lengua el sabor de su amante, se había recogido su largo cabello en una cola de caballo alta para no ensuciarse y luciendo un poco más andrógino de lo que a veces era. Llevaba varios minutos masturbando al modelo con una mano y por su lenguaje corporal que había aprendido rápidamente supo que no tardaría en hacerlo correrse.

Jan le había invitado a tomar una copa con él y habían terminado en su departamento, después de todo no estaba muy lejos del lugar donde sería la sesión de fotos que el modelo tendía más tarde para la campaña de la marca de ropa Juicy Couture.

Sí, esa cadera se adelantaba haciendo que se enterrara en el hueco que sus dedos hacían, era un movimiento involuntario. Estaba cerca.

El italiano sonrió, sin parar el ritmo, disfrutando aquel momento que se aunaba a lo excelente de su día hasta ahora.

El tono rosado que invadía la piel de Jan se acentuaba más, sus gemidos ahora se hacían más hondos y agudos, así que aceleró la velocidad con la que lo llevaba al clímax, escuchando su nombre en aquella voz descompuesta una y otra vez.

Sería un caballero y lo haría venirse exageradamente, pensó divertido. Quería ver a esa belleza explotar, por lo que continuó con su mano aquel trabajo que llevaba un buen rato haciendo, saboreando de sus labios húmedos el sabor de su amante.

Jan lucía realmente erótico y fuera de sí, su preciosidad devastada en aquella cama no hacía sino prolongar lo bueno de aquel encuentro.

El orgasmo alcanzó finalmente a su amante y aquel ruido impúdico que se había vuelto excesivo se transformó en una respiración envuelta aún en placer.

Sus ojos azules lo miraban intensamente mientras intentaba recuperar el habla, así que Enzo le tapó la boca con un dedo, sonriendo bellamente.

- No es como si necesitaras decir algo, Jan. Es un placer absoluto verte.

El otro pareció intimidado, incluso en ese momento y si quedó sin voz no era porque la agitación se lo impidiera.

Baladi tuvo unas extrañas ganas de besarlo, pero prefirió no hacerlo. Raro como sonara, quizás era mejor mantener cierta distancia emocional de él, sobre todo en ese momento tan vulnerable.

Estaba recogiendo el frasco de jarabe cuando en la mesa de noche sonó su teléfono móvil.

- Enzo... - lo llamó Jan, quien aparentemente no quería perderlo por una llamada.

- Disculpa- dijo el otro en cambio, contestando.

No tomaba la decisión equivocada. Al otro lado de la línea hablaba el asesor de negocios de Joseph LeGrand solicitándole más información sobre la Copa Budge.

Vaya, aparentemente ese día insistía en volverse mejor conforme avanzaba.

Tras asegurarle que le haría llegar la información, intentó cortar la comunicación, pero el abogado seguía hablándole, preguntando si podía ver con él al asunto de Rá aprovechando la llamada, lo refirió con el asesor financiero del proyecto, Kyan Novak.

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