CAPÍTULO 32: DOUBLETREE

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Al momento de escribir este capi tuve momentos de indecisión respecto a como manejar algunas situaciones -les dejo adivinar cuáles- y también tuve algunos momentos obsesivos corrigiéndolo una y otra vez, pero aquí esta!

Como siempre se agradecen los comentarios, quejas y amenazas de muerte.


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El efecto... de las pastillas... se iba disipando... como el vapor etéreo en el aire frío.

Poco a poco regresaba a la realidad. La realidad.

Esa bonita mujer de cabello negro había sido gentil, le había desamarrado de aquella infernal silla y ayudado a caminar hasta esa cama, le había desinfectado las heridas en la piel y vendado minuciosamente los muslos y los brazos. No sabía quién era ella pero le agradecía en silencio.

Un poco de luz... entre tanta umbría.

Recordaba una frase dirigida a su persona por parte de ella:

- Deberías reconsiderar la posición en la que estás, sin importar lo que sea que estés buscando aquí, es un terreno peligroso. Ten cuidado.

Era una advertencia inesperada de parte de una desconocida que parecía entender la situación bastante bien.

Lamentó cuando hubo ido. Se sentía muy sola. Desesperadamente sola. Aislada de todos, en un abismo de desolación tan similar al de Ricard.

Cuando escuchó la puerta abrirse sintió la inesperada esperanza de encontrarse con una cara conocida. No esperó los sentimientos encontrados que tendría al ver a Sylvan, mirándole. Lucía tan guapo como siempre, enfundado en un traje a su medida y con su pelo achocolatado bien amarrado en una trenza, elegante, hermoso y correcto.

"Me hace sentir culpable verte así. Es en estos momentos cuando tengo que recordar que todo esto tiene como fin un bien para ti y para mí"

Era difícil creerle, lo cierto es que había un brillo triste en sus agudos ojos violetas.

No parecía tan duro como siempre.

"M ha sido innecesariamente violento contigo, pero el Gran O ha dicho que si en verdad te molesta que hayan dejado surcos en tu piel, recuerdes el sentimiento de rechazo que provoca esta idea para la próxima vez que pretendas volver a cortarte. Y creo que tiene lógica, ¿no es eso parte de lo mismo?"

Su gemelo la conocía mejor que nadie, hasta sus peores secretos, es por eso que le asustaba a veces los extremos a los que podía llegar respecto a ella.

Él le tocó suavemente la mejilla enrojecida. "No debió golpearte la cara".

Ella sintió ganas de llorar, súbitamente consciente de su situación. La habían torturado, habían llegado tan lejos para hacerle eso. La estaban castigando por sus deseos en algo que parecía ser un plan de Sylvan, quien no sólo lo permitía, sino estaba al tanto de cada detalle.

"Ya conoces a R, ya lo escuchaste al menos. No te dejaron verlo, pero sabrás quien es enseguida. Me gusta muchísimo y ahora creo que sólo es natural que te conozca a ti.

Él no es como los que están aquí, él te hará bien. Te ayudará.

Ahora levántate, S, nos vamos".

Hubiera querido decirle que su nombre no era una letra, que era Sylvane, pero no tuvo la verdadera convicción para hacerlo. Ser tratada como objeto le había debilitado su sentido de la identidad.

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