¿Quién es Gary Stell?

67 9 0
                                    

El monaguillo lustra sus zapatos, como habitualmente lo hacia. Mira fijamente hasta el altar, observa detalladamente. Invoca unas palabras.


—Dios, perdóname porque quizás vaya a pecar.


Se levanta, gira su cuerpo hasta la entrada grande de aquella iglesia y observa a una persona recostada en unos de los extremos del marco de aquellas grandes puertas. Da pasos cortos pero seguros a una distancia prudente y se detiene preguntando.


  — ¿Eres tú?

Aquella persona vestida con una chaqueta cubriendo su rostro, le hizo una señal con su mano derecha, con objeto de que se acercara.


— Quiero  saber si eres tu...

La persona se quitó la capucha que cubría su rostro, mostrando los detalles físicos de Holly Braunschweig.

—Soy yo, no tienes porque temer.

Pasados treinta minutos, el monaguillo estaba sentado junto a Braunschweig en una cafetería cercana.

— Pasó mucho tiempo para que este fenómeno volviese a ocurrir, es algo que necesitamos divisar, siento que es imposible que un evento de esta magnitud ocurrido hace miles de años, pueda presentarse ahora, en la actualidad. Así, como si fuese el pasado.

- Gary Stell, bonito nombre el que conseguiste — sonríe —.  A ver Jimmy existen muchísimas formas de descifrar este enigma, pero por seguridad, debemos repasar unos  detalles de conocimiento. ¿Estamos de acuerdo? 

— Estoy de acuerdo.

—¿Quién es Gary Stell?

El monaguillo se aclaró la garganta, se persignó haciendo la señal de la cruz en su cuerpo.

— Como nos enseñó Jesús de Nazareth, el padre nuestro es la guía de oración. Mi nombre es Gary Stell y he sido conferido al padre Ventura Martel desde hace varios años, como monaguillo. He sido fiel al servicio de su iglesia, cuidando el templo y protegiendo el santuario. Vivo solo, oro en las noches en mi casa y rezo en la iglesia.  Mi nombre verdadero es Jimmy Anderson soy cazador de eventos supra naturales de conducta espiritual. Creo en Dios por sobre todas las cosas. Ordeno a mi vida seguir los pasos de Dios todopoderoso, creador del Cielo y la tierra, a través de su hijo amado Jesús, porque nadie va al padre sino es a través de él.

Todas las puertas de la iglesia de cerraron y la penumbra se hizo dueña del lugar.

—Está aquí .

Expresó Braunschweig sacando un crucifijo de su cuello, Jimmy hizo lo propio y ambos esperaron en un desconcertante silencio.

Una mínima luz permitía que ambos se vieran el rostro, sabían que esta acción solo significaba una cosa, estarían en terreno de Judas, quizás debían librar una batalla tormentosa. Braunschweig hizo señales a Jimmy para que sacara un par de velas para hacer un círculo de protección.

Saca dos velas, del bolsillo pequeño que esta del lateral izquierdo de mi bolso Jimmy, apresurate .

Esas palabras se escucharon con eco en el templo y fue justamente lo que Braunschweig había pensado, lo que la obligó a decir de manera nerviosa.

— No te dejes dominar Jimmy, esa no soy yo.

El sonido del viento fue muy estremecedor, era impresionante como dentro de cuatro paredes un fuerte viento sometía la estabilidad de Jimmy y Braunschweig, ambos luchaban por mantenerse de pie. De pronto, el viento cesó, la claridad llegó y en la puerta principal estaba el cura Ventura Martell, observándolos.

—Gary ¿porqué están aquí en el templo con las puertas cerradas? ¿Qué ha sucedido?

—Padre algo malo está ocurriendo, permitame explicarle. Le presento a Holly Braunschweig una amiga.

Martell no quiso extender la mano y solo saludo con una leve inclinación de la cabeza. Sostuvo su mano a los hombros de Jimmy a quien él conocía como Gary.

— Debes calmarte y contarme qué sucedió.

Mientras el caminaba con Jimmy, Braunschweig se quedaba detrás observando detenidamente. En un momento de reacción ella esbozó.

— ¡Judas!

Martell detuvo el paso, porque Jimmy al mismo tiempo había clavado un crucifijo en su pecho, haciendo que éste cayera al piso. Jimmy sostuvo su cabeza.

— Dime que no eres Martell por favor. ¡Dímelo!

Ventura Martell yacía en el piso de la catedral. El joven Jimmy soltó su cabeza situándola en el piso, tras observar a Holly Braunschweig colocarse la capucha, quien de espaldas a Jimmy con voz suave pero segura expresó.

—Ventura Martell vivirá, tras el error de tu inmadurez y la novatada de tus acciones. El afán, Jimmy, trae cansancio, mucho cansancio.

—Holly, ¿eres tu?

—Mi nombre es Judas y una tal Holly yace a tus pies.

Jimmy con mucho temor poco a poco miró a sus pies, pero nadie estaba allí.

—¿Crees que si hacemos como te he dicho, podemos lograr algún avance?

Dijo Holly quien aun estaba sentada en aquella cafetería frente a Jimmy.

JUDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora