NO TODO ES VERDAD

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La confundida Kendra, llegaba a la casa de Ana Hudson.  Al ingresar, la buscó  por todas partes de manera incesante

- Ana, Ana, Ana Hudson se que estas aquí, necesito que salgas -

Nada en esa habitación sucedía. Kendra observó una de las esquinas de la cama, misteriosamente y un poco asutada,  decidió inclinarse para ver.  Ana Hudson estaba debajo de la cama en posición fetal y sin moverse, con los ojos cerrados. Rápidamente Kendra con las fuerzas que pudo, intento sacarla del lugar. Sentada en el suelo, y con Ana encima, exclamaba su nombre para hacerla regresar

- Ana, reacciona por favor. Ana -

Con su mano derecha daba pequeñas palmadas en la cara de Hudson para que despertara. La reacción de Ana fue inminente y desesperante, como quien se ahogaba en un mar, sin ninguna escapatoria, su amiga, la abrazo por la alegría de verla de vuelta.

Pasados los minutos, Ana Hudson, esta cubierta con una sábana, y ambas tanto ella como su amiga están sentadas en el suelo de aquella habitación.

- Despúes de ingresar a la iglesia en el sotano de la biblioteca, me encontré con el padre Martell -

- Kendra!!! eso es imposible, dime que te dijo, que te pregunto, de que hablaron? -

La amiga de Hudson se le noto muy asustada, por lo que tenia que contar

- Ana, creo que al final quien estaba conmigo, en esa biblioteca, no era el padre Martell -

- No Kendra, Judas estuvo allí -

- Ana, no me asustes como sabes de eso? justamente yo estuve leyendo por casualidad una reseña de la vida de Judas Iscariote. Ese es un personaje de la biblia que desapareció hace muchos años -

- Es Judas, ese mismo, y lo que leiste no fue una simple casualidad. Kendra necesito que me digas exactamente que leiste -

- Como sabes ese nombre, como justamente diste tú, con mi coincidente lectura?. Quién eres tu¡ -

Kendra se levantó aterrada, y empezó a retoceder frente a Ana

- Kendra no te dejes confundir, eso es lo que él quiere, sientate, soy yo. Ana. Confía en mi -

La chica volvió a confiar y se sentó frente a Hudson, mientras ésta le tomaba las manos.

- Mírame a los ojos. No dejaré que nada malo te pase, yo estaré aquí, pero necesitas contarme todo lo que ocurrió y lo que te dijo Judas -

- Esta bien, confío en tí Ana. De la conversación con el padre Martell, lo mas prominente fue una parte de la lectura que decía...

Kendra cerró sus ojos y recordó los dedos del cura pasar sobre la frase: "Amigos íntimos" y posterior a esa "Judas"

- Amigos íntimos. Judas -

La reacción de la cara de Ana fue una de las más nerviosas en toda su vida, pareciera como si algo se avecinara y era imposible detenerlo

- Quien soy yo - Expreso Ana confundida y aterrada.

JUDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora