PARTE DEL PASADO

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Dos chicas, hablan de sus cosas en su habitación. Las pequeñas Emili y Jesse, con sus pijamas puestas comunican sus inquietudes Pre adolescentes, como cualquiera. Emili es una buena amiga de Jesse. Los padres de Emili son separados, sus problemas de separación no los conoce nadie. Jack Turman es un hombre muy estricto en su casa, no permite que todo mundo hable con Jesse, sin embargo había permitido que Emili fuera siempre a casa a jugar con Jesse.

—Es difícil que hablemos de cosas, porque tu papá te espía mucho.  Expreso Emili a Jesse

—  Si, casi nunca puedo hablar normal con nadie, siempre aparece .

—¿Por qué lo hace?, ¿ tu tienes algo que contar que yo no sepa? Recuerda que soy tu amiga.

Jesse bajó la cabeza, con pena, quitó su rostro del de Emili, dando la espalda a la chica y expuso:

— Quizás tenga temor de muchas cosas, cuando Ana llega a casa también hace lo mismo, solo que con Ana es más estricto, y pasa por la puerta cada cinco segundos, algo así. 

Jack Turman ingresa a la habitación de manera repentina, imprimiendo una gran fuerza a la  puerta en su vaivén, por lo que las jóvenes se exaltaron

— De que estaban hablando - Indagó Jack con receso. 

— Nada señor Turman, Jesse me contaba que quería ser médico mas adelante. Solo hablábamos de lo que queremos estudiar.  

Jack no refirió ninguna palabra, miro de arriba abajo a Emili, y solo lentamente sin dejar de ver a la niña, cerro la puerta de la habitación

— Debes contarme lo que está pasando, yo puedo ayudarte en lo que sea, debes contármelo. 

Ese día las niñas compartieron un buen rato, Emili se fue a su casa a eso de las siete de la noche, pero no se fue sola, se llevó consigo un papel que Jesse le había entregado, que en su portada decía: Para Ana Hudson, por favor no leer.  Esa misma noche, Emili guardo muy apropiadamente la carta de Jesse para posteriormente al próximo día poder entregársela a su destinatario.

Aquel día siguiente, con ruidos muy desesperantes en la casa de los Portand, se anunciaba la muerte de la pequeña Emili, quien al parecer se pasó un cuchillo por el cuello, influenciada por efectos psicotrópicos, aseguraban sus padres, quienes acusaron a Jesse de ser quien le proveía tal vicio a su hija. Los Turman no se hicieron esperan, reaccionaron  demandando a los vecinos por daños y prejuicios y por levantar falsas acusaciones en contra de su hija.

La tarde del sepelio de Emili Portand, Jesse no dejó de asistir, su padre la llevó para presenciar el entierro, pero a lo lejos ya que los familiares no querían acercamiento de los Turman en el funeral de su hija.

Tres metros de distancia entre Jesse y el cuerpo de su amiga Emili, escuchar decir al padre decir: Descansa en paz, Jesse Turman. Al oír su nombre, dejó el limite permitido y corrió hasta el ataúd de su amiga, todos se escandalizaron al ver correr a la pequeña con desespero, pero de pronto Jesse se detuvo. Una persona con chaqueta y capucha la observaba detenidamente, al observar detrás de ella, el sepelio transcurría con total normalidad, al mirar nuevamente al extraño, este levantó su mano derecha, y expuso:

— Ábrela Jesse, Ábrela, Solo tu puedes abrirla. Pura es tu alma, impuro tu cuerpo, no por causa voluntaria, pero en ti reina la pureza de su ser. Ábrela Jesse.

Entre un sueño y la realidad, entre ese momento y el pasado, Jesse volvió a escuchar la Voz: Descansa en Paz Jesse Turman, y un sollozo del cura decir en voz suave y cándida: "Descansa en paz, Jesse Martell, única hija de Ventura, tu verdadero padre".

Jesse dirigió toda su atención a la cara del cura, miró ese rostro conocido, Ventura Martell, el sacerdote  que ha conocido siempre. Sus ojos se confundieron en las lagrimas que se derramaban a través del rostro del hombre, cuando volteo de repente hacia el extraño expuso:

— No se que está pasando.

El extraño refirió

- Yo soy Judas. Necesito pasar a través de tu pureza, salva a tu amiga Emili, ella irá al infierno, tiene más pecados que tu, Salvala. Déjame entrar Jesse,  Abre la Boca que todos conocen, Abre la Boca del León y grita la verdad. 

Jesse, empezó a divagar cosas, su mente empezó a dar vueltas, y su confusión era cada vez peor, entre el desespero y la locura, Jesse Gritó:

— !Papá!. 

Fue tan largo y expresivo desde lo profundo del corazón de Jesse

En cuestión de segundos, Jesse había pasado una filosa hoja de cuchillo por su cuello, antes de morir definitivo, miro a su derecha y allí estaba. Judas

- Se libre Jesse, Hija del pecado de Martell, se libre Jesse Martell. 

JUDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora