A SIETE DÍAS

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Lo que le preocupaba a Ana Hudson, era no saber que hacer a tan solo siete días de su cumpleaños. La teoría indicaba que ese día, su ultima moneda expiraría, y se cumpliría lo que un día pactó. Hudson se había enamorado de Michaell, su novio de la facultad, antes de eso, ya se sabía que Judas había intervenido en la vida de Ana antes de lo acordado, La primera vez fue cuando se encontró con Amanda Jackson, la madre de Ana, tomo incluso la forma física de Ana, para hacerle entender a Amanda que no podía olvidar el pacto de entregar a la niña una vez que naciera, para invocar un pacto de abertura de la boca del león. Una vez abierto ese portal, el espíritu llamado Judas podría cruzar al mundo viviente y tomar posesión del alma pura, que en este caso sería Ana,  para la fecha de su nacimiento, Amanda se torno muy decepcionada de todo, al contarle a Alberto Hudson, el padre de Ana, todo lo que había ocurrido, éste decidió que no entregarían a la niña, que saldrían de todo juntos. Ellos fueron por el padre Martell, y fue cuando se dio la huida,  gracias a un trabajo realizado por Martell, quien a su vez se estaría condenando.

Para el nacimiento de Ana, los Hudson se habían ido del paso México, apoyados por el cura Martell, quien había conseguido refugio en una comunidad de negros de Nueva York, fue entonces cuando Alberto salió adelante en ese país, y lograron quedarse en él, para darles una nueva vida a su pequeña hija Ana.

Con el paso del tiempo, a los nueve años de Ana, justo horas antes de su cumpleaños, la pequeña jugaba con su amiga Madison, cuando en aquella cabaña Judas apareció,  después de tanto tiempo, ofreciéndole a Ana un pacto. La niña en su inocencia aceptó.  Fue entonces cuando Judas tomo las monedas, y antes de irse condenandola hasta sus veintiséis años de vida, se acercó y con un beso en la mejilla, dijo una frase en su oído que hasta ahora Ana no recuerda.

Kendra está sentada en el comedor con Ana, ambas toman una taza de té.

—No es que quiera ser muy negativa, pero solo faltan siete días para tu cumpleaños. ¿Qué crees que pase?

Ana sin levantar el rostro, respondió.

—No lo se, supongo que Judas vendrá por mi, me matará o quizás me coma.

Ambas sonrieron, para posterior hacer silencio absoluto, mientras Ana empieza a cambiar su estado de animo y expresar

—Nunca tuvo porque haber pasado esto. no era ni si quiera necesario, toparmelo en el camino, ni si quiera se que hacer.

—Ana, porque no descansas un rato, fontana, se irá dentro de un momento, y yo me quedaré con Kimmy, mientras tu descansas.

Hudson se levanto de aquella mesa, paso directo a su habitación y se encerró, mientras Kendra, se quedaba con la niña, sin embargo Fontana se alejo de Kimmy junto a Kendra, tomada del brazo, para contarle algo

—La niña, asegura algo que es totalmente extraño, pero no deja de asegurar que eso es lo que ocurre.

— No me dijiste nada,, ni si quiera he entendido. lo único que entendí fue cuando dijiste la niña.

—Bien, disculpa mi vocabulario. Digo, que Kimmy asegura, que Ana tuvo un amor, en una vida pasada, y que ese amor es Judas.

— Esa niña esta desquiciada, nosotros no tenemos opciones, deberíamos entregarla a la policía, ellos sabrán que hacer.

—No!, la misma niña ha dicho que si la entregamos, todo el mundo podría sufrir las consecuencias.

—Pero quien rayos es esta niña, que se ha creído.

— Kendra, escucha, trata de no dejarla sola, ni un solo instante, aun no sabemos de que se trata todo esto, y créeme, yo se que esta niña no es normal. No vayas a matarla

—Que!, piensas que voy a matar a una niña, por favor, no soy una asesina.

—Créeme, te provocará hacerlo. Debo irme, regresaré pronto.

Kendra se quedó mirando a la niña, quien inocentemente jugaba con una muñeca, la niña volteo hasta Kendra y sonrió sutilmente, para luego continuar su juego de muñecas.

Mas tarde, la niña seguía jugando mientras Kendra estaba a su lado sentada en un sofá, con el pasar de los minutos Kendra, se cansa, y empieza a cabecear, hasta quedarse dormida. Kimmy paró de jugar, observó detenidamente a Kendra, se levantó de su lugar, tomó unas tijeras que estaban cerca de ella, detalló muy bien el cuello de Kendra, y sin pensarlo enterró las tijeras a través del cuello de Kendra, quien en su desespero por respirar, escucho a la pequeña decir       

  —Tu no crees en mi.

Kendra despertó del sueño atroz que tuvo, la niña aun jugaba detenidamente y concentrada con su muñeca.

— ¿Tuviste un mal sueño? Expuso Kimmy.

—Si, tuve un mal sueño. A ver niña, hablemos tu y yo, y no me saques la paciencia porque

—Me matarás. Lo se.

La expresión de Kimmy era tan normal, que nada la asustaba

—Como puedes hablar como si no sintieras nada, como si nada te diera miedo. ¿Qué te ocurre?

—Ana cumple años en siete días, antes de declarar su hora de nacimiento, que es a las 10:30 PM, ella ya debe haber estado con Judas.

—  ¿Por qué?

— Porque ellos se aman, se han amado siempre, esto es un juego,  Ana juega contigo, con fontana, con Martell, con mi hermano Jimmy, con todos,  Ana sabe lo que ocurre, ella y Judas solo cobran las victimas que se interponen en su camino. Hasta tu. 

JUDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora