JESSE

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Cuando dieron la espalda, ambos salieron a auxiliar a Jesse, quien estaba en el piso, de vuelta al mundo de los vivos, el primero en llegar fue Jimmy, a quien Jesse recibió con mucha alegría, no sin dejar notar lo cansada y agobiada que estaba, posteriormente, llegó Martell, se colocó de rodillas, y se acercó a Jesse,, sin embargo solo la observaba con mucha satisfacción, Jesse solo lo miraba. Unos segundos después la chica, observo a Ana Hudson amarrada a ambos brazos en forma de cruz. Intentó levantarse, y ambos la ayudaron, al ponerse de pie, pudo observar la figura de Judas delante de Ana. Jesse miró a Jimmy y le dijo

— Esto terminará muy mal.

El cura Martell y Jimmy tomaron a Jesse,  y la sacaron de aquel lugar, para no ver lo que sucedería allí.


Mas tarde en casa de los Anderson, Jimmy daba una taza de té caliente a Jesse, mientras Martell, la cubría con una manta.

— Aun te miro, y no puedo creerlo, estas aquí.

— He entendido que entre ustedes hubo algo, a pesar de las edades en aquel tiempo. Dijo Martell

Jesse tomó de la taza de té, y dejó que Jimmy hablara del tema

— He amado a Jesse toda mi vida, tanto como la ha amado usted padre.

—Jimmy — Interrumpió Martell— No es necesario apresurar las cosas.

—Es que es lo mas justo padre, Jesse es su hija, y ella debe entenderlo también.

Jesse colocó la taza de té en la mesa, observó a ambos y expuso

— ¿Por qué entregaron a Ana, a manos de Judas?. Lo que menos me importa ahora es hablar de paternidades o de amor.

—Pero Jesse Amor.  Expreso Jimmy.

—Solo quiero saber porque están entregando a Ana. Lo que hicieron es injusto.

Jesse se levanto del sitio, abrió la puerta de la casa, y sin salir de ella, miró a ambos y expuso

—Deben ir por Ana, deben salvarla

— Pero si hacemos eso, vamos a perderte, y yo no quiero perderte de nuevo Jesse, no quiero. Martell dígale algo.

—Ella tiene razón, traicionamos a Hudson, por traer a Jesse. No he sido buen padre, no he sido buen amigo, no he sido, buen cura. Les he fallado a todos. Solo quiero saber algo, Jesse, si protegemos a Ana, ¿tú volverás a desaparecer?.

— Yo estaré siempre en sus corazones.

Jimmy, desesperado, fue y abrazó a Jesse fuertemente, repitiendo la palabra: No, No, No, una y otra vez, tomó a Jesse por los hombros y la miró a los ojos

— No se que estés pensando Jesse, pero yo no voy a perderte de nuevo. Entiéndeme, ya te perdí una vez, y también perdí a Kimmy.

De entre las sombras de esa casa, se vio una figura expresar

— No Jimmy, no me has perdido a mi.

Era Kimmy Anderson, estaba allí escondida en aquella casa, corrió hasta su hermano, y lo abrazó.

— Kimmy, Kimmy, estas aquí. Mi pequeña niña.

Una vez que terminó el abrazo, la niña miró a Jesse y con una sonrisa dijo

—Hola Jesse.

La joven la abrazó y ella correspondió.

La puerta de la casa se abrió sola, todos voltearon hasta la misma. Se quedaron paralizados. Los pies descalzos de alguien aparecieron en aquella casa, todos quedaron impactados al ver de quien se trataba.

JUDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora