La rutina de Iván, que se basa siempre en seguir las reglas que los demás forjaron para él, cambiará con la llegada de Lucas, un chico tierno y de buen corazón que hará tambalear las convicciones de Iván, haciéndole ver que el mundo tiene más colore...
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Iván vio a Marlene apenas llegar a la casa de Lucas. A pesar del evidente enfado que denotaba el menor, decidió intentar hacer algo de conversación para no ir con la culpa en su conciencia, pero antes de pronunciar palabra, el rubio se le adelantó.
—Iré adentro, tú puedes ir a hablar con mi hermana.
Al decir aquello, Lucas entró en su propiedad respondiendo un saludo cortante a su hermana luego de que ella lo recibiera y soltó a Zeus dentro de la casa con total seriedad. Ella lo miró extrañada y al fijarse en Iván su semblante cambió de confusión a una de fastidio.
«Tal vez, las cosas no serán tan fáciles como imaginé».
A pesar de que primero quería arreglar las cosas con su amigo, disculpándose por aquel comentario que lo enojó, la oportunidad de hablar con Marlene estaba frente suyo y por más que sabía que Lucas era más importante en este momento, decidió ir a saludarla.
—Hola —dijo con una sonrisa deslumbrante que al parecer no logró asombrarla en absoluto.
—¿Qué le hiciste a mi hermano? —respondió molesta.
—Yo no hice nada, bella —trató en vano de justificarse pues la mirada escéptica de ella lo decía todo.
—En primer lugar, no me llames "Bella" o con ningún otro adjetivo calificativo, para eso tengo nombre, en segunda, cuando mi hermano salió de aquí estaba muy alegre y en cambio ahora luce como si se le hubiera muerto una mascota.
—No hice nada, solo estábamos hablando y luego me acusó de homofóbico por algo que dije...
—¿Lo hiciste? —preguntó interrumpiéndolo.
—¿Qué? —Iván se mostró confuso ante la repentina pregunta.
—Me refiero al comentario, si en verdad dijiste algo así —aclaró rodando los ojos. A los ojos de Marlene, Iván no era más que un dolor de cabeza, uno con el que su hermano se había encariñado demasiado. Lastimosamente.
—Solo dije que no era normal la homosexualidad y él simplemente explotó.
—Pero por supuesto que se molestó —dijo ella mirándolo como si fuera un idiota. Iván frunció el entrecejo con confusión.
—Lo siento, no pensé que fuera tan ofensivo para él —respondió realmente preocupado por Lucas.
—No eres muy listo, ¿cierto?
—¿A qué te refieres?
—Deberías ir a hablar con él. Tal vez al fin decida decírtelo.
Iván decidió tomarle la palabra. Lo que sea que tenía que decir Lucas, él sería todo oídos. Al diablo con la cita, no podría ir a divertirse si su amigo estaba tan molesto con él. No quería perderlo. En este poco tiempo se convirtió en alguien realmente importante para él.