La rutina de Iván, que se basa siempre en seguir las reglas que los demás forjaron para él, cambiará con la llegada de Lucas, un chico tierno y de buen corazón que hará tambalear las convicciones de Iván, haciéndole ver que el mundo tiene más colore...
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Lo señores Márquez se hallaban sentados en la parte delantera del auto mientras que Matías en el asiento de atrás. La pequeña familia iba por la vacía carretera rumbo al aeropuerto. La madre de Matías sonreía mientras trataba de parar las lágrimas que se le salían de los ojos por tener que ver a su hijo partir, pero de igual manera, había un orgullo en su semblante que le dijo al chico que tenía muchas esperanzas depositadas en él. Su padre también mostraba una sonrisa de satisfacción por el logro de su hijo, pero no estaba tan sentimental como la madre, él solo se disponía a hablar del gran futuro que le deparaba a Matías como si ya lo estuviera visualizando.
Estaban tan concentrados en su propia burbuja que no se dieron cuenta que una motocicleta negra venía a toda velocidad atrás de ellos. Se podría notar a simple vista que la marca era lujosa debido al reluciente color negro y neumáticos de primera calidad. El ruido que hacían las ruedas de la motocicleta sobre el asfalto llamó la atención de Matías, así que volteó a ver. La oscuridad le dificultaba ver con claridad, pero a pesar de eso, discernió la silueta de un hombre con ropa oscura. Sin embargo, el rostro lo tenía oculto bajo un casco igual de negro que el resto de él.
Los señores Márquez se hallaban ajenos a lo que Matías estaba observando. El motociclista parecía tener especial apuro por pasarlos y continuar su camino. La velocidad en el que estaba conduciendo era abismal. Solo parecía ser un hombre en apuros como cualquiera, pero pronto descubrió que era mucho más turbio que eso. Los disparos. Los padres del chico se pusieron en alerta de inmediato y ahí fue cuando se dieron cuenta del hombre tras la moto.
Al principio parecía ser que aquel hombre fue el que ocasionó el disparo, pero pronto se dieron cuenta de que no fue así. Había una camioneta siguiéndolo.
La señora Márquez hizo la señal de la cruz debido al miedo mientras que el padre tenía las manos temblorosas sobre el volante. Matías estaba aterrorizado.
Las ruedas de la moto llevaron al hombre encima de él hasta quedar frente al auto en donde iban ellos. Con ese movimiento, terminaron quedando en medio de aquella clara persecución criminal. Atrás de ellos sonó otro disparo cuya finalidad era atrapar al conductor en dos ruedas, pero las balas no lograron detenerlo. A ninguno de los dos parecía importarle lo que le pasara a Matías y sus padres.