Lucas e Iván pasaron el resto de la tarde juntos. En un principio Iván no tenía planeado que así fueran las cosas, pero en un abrir y cerrar de ojos el tiempo pasó muy rápido. Sin embargo, aún no había hecho lo que quería en un principio, lo cual era disculparse con Marlene. Ella estuvo todo el día en casa de una amiga nueva.
Ellos dos, en cambio, estaban entretenidos viendo alguna película de aliens, que no eran los favoritos de Iván, pero encantaban a Lucas. Iván estaba recostado sobre una cómoda y suave almohada con los pies rectos sobre la cama como todo buen invitado mientras Lucas no daba indicios de incomodidad a pesar de que estaba casi de manera vertical sobre el colchón con los pies por encima de los del mayor riendo y comentando cada vez que un extraterrestre devoraba a un humano.
A Iván le resultaba realmente gracioso aquella imagen del chico. También reparó en el hecho de que Lucas estaba tan acostumbrado a él que no le importaba ser todo lo desordenado y molestoso que quisiera.
Aburrido por la película, Iván por momentos, se quedaba mirando el rostro del chico quien estaba absorto en la pantalla de su habitación. En un principio, Iván lo miraba de manera inconsciente, pero luego, lo hacía de manera voluntaria fijándose en pequeños detalles que antes no había notado en él, la manera en que sus cejas se unían en los momentos de suspenso, como arrugaba la nariz cuando pasaba algo que no era de su agrado, e inclusive como mordía los labios en momentos de tensión. Encontraba fascinante la manera en que cambiaba de gestos constantemente, incluso después de sacarle una almohada a Iván para colocarla entre en sus brazos y fingir valentía ante las escenas terroríficas.
—Me estás mirando fijamente —dijo el muchacho que aún seguía prendido a las pantallas del televisor, pero el ligero toque rosado que desprendían sus mejillas delataban su falsa indiferencia.
—No lo hago —contestó Iván algo avergonzado por haber sido descubierto in fraganti.
Lucas iba a replicar ante la evidente mentira, pero su celular emitió un sonido estridente advirtiéndolo de una llamada. Al mirar el identificador, atendió de inmediato. Iván no pudo hacer otra cosa más que escuchar descaradamente.
—Hola, Sam —mencionó el chico entusiasmado.
Iván no sabía quién era la tal Sam, pero le intrigó la manera tan alegre en que Lucas respondió.
—Sí... sobre eso, no podré hoy —hizo una pausa mientras la que estaba al otro lado de la línea respondía algo.
«¿Acaso iba a salir con alguien hoy?», se preguntó Iván.
—Sí...es por el reposo que te mencioné...sí, estoy mejor —mencionó Lucas con una sonrisa. ¿Por qué parece tan alegre ante una simple llamada?—. Gracias Sam, eres genial...sí...no, mañana aún no podré, ¿te parece bien al día siguiente?... ¿venir aquí? ¡Claro!, te enviaré la dirección...ajá...te esperaré mañana entonces...adiós.
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Camino a tu Corazón
Roman d'amourLa rutina de Iván, que se basa siempre en seguir las reglas que los demás forjaron para él, cambiará con la llegada de Lucas, un chico tierno y de buen corazón que hará tambalear las convicciones de Iván, haciéndole ver que el mundo tiene más colore...