1.

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~POV Any~

¡No puedo creer lo que estoy haciendo!, caminaba por el pasillo de los dormitorios para varones en el edifico cerca de la universidad, no pensaba mientras recorría puerta tras puerta, era de madrugada, demasiado noche para que alguien estuviera rondando, los más inocentes estarían dormidos y los mas ladinos estarían demasiado ocupados para estar afuera de su cama.

Solo pedía a Dios que mi objetivo al menos estuviera en un punto intermedio, que al menos por esta noche no estuviera enrollándose con alguna de sus tantas conquistas.

Fui hasta el final del pasillo donde dormía, al ser el consejero de aquel piso dormía solo, convenientemente, pensé mientras miraba mi falda tipo escocesa hasta la rodilla y la blusa de botones con los dos primeros desabrochados y el cabello recogido en un moño, coloqué para atrás mis lentes e inhale fuertemente antes de abrir la puerta, al girar la perilla di un paso para ver a Alfonso Herrera, recostado en su cama con un brazo sobre su cabeza, leyendo un libro, vaya esto si era inusual, pero yo estaba más entretenida observando su abdomen desnudo demasiado bien formado para tomar en cuenta que quizás el hombre más popular de toda la universidad podía leer más de dos páginas seguidas.

Él me miro con el ceño fruncido, por primera vez desde que salí de mi edificio a unas cuadras de ahí sentí pánico y olvide por un momento las líneas ensayadas de mi proposición, era descabellado, absurdo e indigno hasta cierto punto pero estaba harta e incapaz de pensar en nada mas, la siguiente semana había un receso antes de los exámenes finales, y yo Anahi Puente no estaba dispuesta a llegar a tal presión antes de mi graduación, había pensado metódicamente en una solución y esperaba que el Sr. Herrera fuera lo bastante poco escrupuloso como para aceptarla.

- ¿Té equivocaste?-, dijo él en tono burlón sin mover un solo pelo.

- No de hecho no-, contesté cerrando la puerta.

~POV Poncho~

Fruncí el ceño y me enderecé, no es como si ella pareciera una loca o una psicópata pero debía asegurarme.

- Bien si no, en que te puedo ayudar-, dije mientras me ponía la remera.

- ...Tengo una proposición que hacerle-, dijo la chica frente a mi.

- ¿Hacerle?-, pregunté desconcertado de que me hablara de usted - Eso podría herir a alguien sabes...ahora quisieras decirme ¿Qué proposición?...hablándome de tú ...si no le molesta señora-, dije en tono burlón mientras ella torcía los ojos, la miré por un rato tratando de adivinar quien era, no recordaba haberla visto o haberla conocido, tal vez era una de las muchas chiquillas recién ingresadas que había oído todos los rumores sobre mí, ahora venia una propuesta de amor o una invitación a salir.

- Si lo prefieres...como decía tengo una proposición que hacerte-, dijo  tratando de encontrar el valor para pronunciar las palabras en voz alta, se veía como si deseara salir huyendo.

- ¿Crées que pueda ser hoy, sabes a estas horas regularmente la gente duerme?-susurre con mi mejor sonrisa, sin pensarlo ella camino y se sentó en la orilla de la cama a mi lado, me tensé y ella desvío la mirada.

~POV Any~

Trataba de encontrar el valor para pronunciar las palabras pero no podía, tal vez lo mejor era olvidarse de todo salir de ahí graduarse y después ver como resuelvo mi pequeño problema.

NO, éste era siempre mi problema, HUÍA, siempre me alejaba de la gente...aunque tal vez esto había sido una mala idea pero ya no había marcha atrás.

- ¿Cuánto me costaría acostarme contigo?-, dije recordando mi clase de tácticas de negocios, esto era un negocio, confianza, seguridad y voz clara...eran las actitudes necesarias.

- ¿Qué?-, pregunto Alfonso perplejo y divertido.

El acuerdo perfecto (AyA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora