El acuerdo perfecto (AyA)

26.

Saboreé las palabras de Poncho mientras mi cuerpo temblaba, jamás podría describir todas las sensaciones que me inundaban, mi corazón latía descontroladamente al punto que sentía mi pecho doler, quizás solo a causa de mi imaginación pero era extenuante, mi vientre se estrujaba y mis pies se retorcían casi por voluntad propia, sentía mis mejillas arder, era una extraña clase de nerviosismo y a la vez de inmensa, inmensa alegría.

Sin poder soportarlo más solté un grito agudo mientras mis manos se rendía y de no ser porque Poncho sostenía mi espalda con sus manos, hubiera caído rendida en el escritorio, después de prácticamente una explosión en mi interior, sentí mis músculos tan laxos como gelatina, me calmé mientras Poncho recargaba algo de su peso en mi y respiraba contra mi piel cerca de mi corazón.

Acaricié sus cabellos castaños mientras trataba de encontrar mi voz, mi respiración era incontrolable, pasaron minutos antes de que pudiera pensar claramente.

~........~

No quería separarme de ella, ni un solo centímetro, quería quedarme así, ella me amaba, era un sentimiento que no había vivido jamás, nunca me había enamorado ni lo había buscado, pero no había equivocación en mis palabras, la amaba, estaba perdidamente enamorado de ella. Cuando al fin fui capaz de controlar mi respiración bese su piel mientras levantaba su rostro para mirarla a los ojos.

No nos dijimos nada por un momento,  Any tomó mi cara entre sus manos y acarició mis pómulos, como si quisiera asegurarse de que era real.

- ¿De verdad?-, preguntó ella, yo sabía exactamente a qué se refería y sabia que ella tenía miedo, hasta yo lo tenía pero no importaba.

- Te amo-, le dije mirándola a los ojos, mientras Any sonreía y sus ojos se llenaba de vidriosidad.

- Repítelo Herrera-, ordenó sonriendo como jamás la había visto sonreír, yo me reí tenuemente y lleve mis manos a su nuca mientras su cabello marrón se enredaba en mis dedos.

- Estoy completamente enamorado de ti Puente-, le sonreí y ella me besó mientras me abrazaba.

Besé su hombro mientras veía mis dibujos arrugados detrás de ella, algunas hojas estaban bastantes estrujadas, me reí y Any se separó de mi con el ceño fruncido.

- Si no te gustan...no es necesario que los dejes así-, me burlé mientras ella veía la hoja arrugada que agitaba en su cara.

- Estoy haciendo un favor visual...este trabajo puede dañar los ojos-, siguió burlonamente ella mientras yo besaba su nariz.

- No cambias ¿cierto?-, inquirí mientras ella me sacaba la lengua y buscaba algo.

- ¿Alguna pérdida?-, pregunté mientras ella comenzaba a separarme y miraba hacia el suelo.

- ¿Donde esta mi ropa interior?- preguntó sin mirarme, yo tomé su cara entre mis manos y negué con la cabeza.

- ¿Quién te dijo que podías vestirte?-, pregunté con voz ronca viendo su cuerpo con completo descaro, lo que hizo a Any querer acercarse algo más a mí, pero en un momento de indecisión se contuvo.

- Poncho estamos en la oficina-, replicó mientras yo me encogía de hombros.

- No he terminado contigo-, amenacé con una sonrisa torcida

- Ni yo contigo pequeño engreído, solo estoy proponiendo cambiar de escenario-, murmuró ella contra mis labios mientras su lengua los tocaba suavemente, yo gruñí y la acerqué para besarla mientras ella sonreía.

- El cambio ¿recuerdas?-, susurró ella cuando yo acariciaba el borde de sus pechos.

- Claro, claro, pero lo haremos a mi manera-, contesté, mientras Any se quedaba ahí y yo me agachaba, levanté una de sus piernas y besé su pantorrilla mientras la acariciaba con mis manos, ella se dio cuenta que tenía sus tanga en mis manos, le puse su ropa interior en ese pie y luego repetí la acción con el otro, lo levanté, besé y acaricié mientras introducía la ropa, me levanté lo más despacio posible torturándola mientras subía su tanga y acariciaba sus piernas y sus músculos,  Any estaba prácticamente mordiéndose el labio.