- Me gustan tus ojos-, susurró Any contra los labios de Poncho, estaban acostados en la cama, con el amanecer comenzando a entrar por la ventana, se habían despertado y acomodado uno frente al otro, no habían dicho nada hasta este momento, por primera vez, no había bromas al despertar, nada por unos minutos, solo sus miradas, sin que ninguno de los dos se fijara en nada más.
- Y a mí los tuyos-, susurró Poncho mientras acariciaba su cuerpo con sus manos suavemente, estaban tan cerca que sentían su respiración, sus piernas estaban entrelazadas, mientras Poncho recorría la espalda de ella, su cintura, su cadera y aun más abajo, solo rozando, solo disfrutando de la sensación, ella pasaba sus manos por su pecho y sus hombros.
- Claro, el azul es tan interesante-, murmuró Any con algo de sarcasmo en su voz y Poncho sonrió.
- Llámame extraño, no me importa, me fascinan tus ojos, dejan ver a la persona que se esconde de todos-, contestó rozando su nariz con la de ella.
- ¿Eso lo dice "Poncho Herrera"? Si se trata de esconder, estamos a la par-, se burló ella y Poncho la apretó mas contra él.
- No te puedo esconder nada, ya no-, murmuró, pues él sabia que esto era lo que quería simple y llano, despertarse con ella, después de haber dormido juntos, después de un gran sexo, después de un día de bromas y de apoyo, porque ella había estado cuando él lo necesitaba, ella había notado cuando algo le molestaba.
- ¿Cómo eras de niña?-, susurró y Any sonrió, su corazón nada mas de escuchar su voz latía fuerte, aun no podía entender como llego a amarlo tanto, hace una semana exactamente ellos apenas y se habían visto, peor aún Any estaba segura que Poncho jamás la había notado, ella jamás se preocupó por que el playboy de la Universidad no la mirara, si no lo hacían otros, el no debía ser la excepción pero ahora recostada junto a él, Poncho rasgaba pedazos de su vida como queriendo saberlo todo, mientras ella se sentía desnuda, cuerpo y alma a la vez.
- Un poco peor que ahora-, bromeó Any mientras Poncho rodaba los ojos.
- No lo sé, era niña, con cuerpo de niña como hasta los 14, los lentes y el cabello no han cambiado mucho, era bastante testaruda-, comenzó mientras Poncho acariciaba su mejilla.
- ¿Eras? permíteme corregirte, eres demasiado testaruda-, se burló.
- Muy gracioso-, replicó con un puchero que Poncho le besó suavemente.
- ¿Qué más?-, insistió.
- No podía dar varios pasos sin encontrar algo que me hiciera caer, mi mamá intento que estudiara ballet a los 6, la maestra terminó diciendo que no quería mas escenografías rotas después de mi primera "presentación", lo que fue un alivio, parecía un panda con leotardo, era un desastre de niña-, terminó mientras él levantaba su rostro.
- ¿Un panda en leotardo?, no lo creo, debiste verte preciosa-, murmuró.
- Hablador, sabes... no tienes que ser encantador, al fin de cuentas ya estoy en tu cama ¿cierto?-, bromeó ella y Poncho la acercó serio, casi hasta que ella quedara arriba de él, Any jadeó y lo miró mientras el permanecida sin expresión.
- ¿Eso crees...que todo es por esto?-, murmuró mientras movía sus caderas haciendo que sus sexos se rozaran, los dos se tensaron ante la sensación.
- Eres mucho más que eso Anahi, me vuelves loco, no es adulación, me encanta tu personalidad, tu impulsiva forma de actuar, tu humor ácido casi insoportable y si, me fascina tu cuerpo, pero no es solo sexo-, terminó mientras ella lo miraba, sus ojos estaban vidriosos pero reprimió las ganas de llorar, ella habría dicho lo mismo, esto no era solo sexo, era amor, tan fuerte que le dolía en solo pensar que algo cambiara.
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El acuerdo perfecto (AyA)
Fanfiction- ¿Cuánto me costaría acostarme contigo?-, dije recordando mi clase de tácticas de negocios, esto era un negocio, confianza, seguridad y voz clara...eran las actitudes necesarias. Anahi Puente una de las chicas más responsables de la universidad, nu...