37.

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- Cierra los ojos- le ordené a Poncho cuando llegamos a la puerta.

- ¿Hay mas?- preguntó atónito.

- Falta algo- respondí, el cerró los ojos y yo abrí la puerta lo tomé de la mano y llegamos al cuarto, ésta estaba decorado con cientos de pétalos de rosas por todo el lugar velas e incienso.

Me dirigí a un equipo de música que le había pedido a Maite que consiguiera, lo encendí con la canción que había preparado.

"Yo solía pensar que sabía quien eras tú,
no sabía que dentro de ti yo iba encontrar la luz,
no sabia que existía un mundo así 
no sabía que podía ser tan feliz."

- Abre los ojos- le dije a Poncho.

Él los abrió y por varios minutos sus ojos recorrieron el lugar hasta cuando se volvió a mi sus ojos estaban llorosos se acercó y me besó con mucho amor para luego abrazarme.

"Y la vida pasaba de largo vacía sin emoción,
no había nada flotando en el aire abrazándome el corazón, 
y llegaste tú y el mundo me abrazó, 
y llegaste tú y el mundo se paró."

- Te amo preciosa eres lo mejor que me pasó en la vida, el regalo más maravilloso que el cielo me pudo enviar- yo sonreí con mis ojos llenos de silenciosas lágrimas al escuchar sus tiernas palabras.

- ¿Bailas conmigo?- preguntó mientras extendía su mano hacia mí y yo asentía tomándola.

"Y llegaste tú y me sorprendió 
el poder que había en este amor 
y llegaste tú, una bendición 
aún recuerdo el momento en que todo cambió."

- Nuestro primer baile- susurré.

"Y llegaste tú y me sorprendió 
el poder que hay en este amor 
y llegaste tú, una bendición 
aún recuerdo cuando llegaste tú."

- Nuestro primer baile- coincidió.

"Hoy que estoy en tus brazos recuerdo mi soledad 
y me río pensando en las veces que yo te dejé pasar, 
y llegaste tú y el mundo me abrazó 
y llegaste tú y el mundo se paró." 

Me tomó entre sus brazos por la cintura y me atrajo hacia el,  yo coloqué mis brazos en su cuello y sonreí y el también me sonrió y estuvimos ahí sin decir palabra porque no hacían falta nos amábamos eso era lo único que importaba. Seguimos meciéndonos lentamente envueltos por el sonido de la música yo recosté mi cabeza sobre su pecho y el beso mi cabello.

"Y llegaste tú y me sorprendió 
el poder que había en este amor,
y llegaste tú una bendición 
aún recuerdo el momento en que todo cambió. 
y llegaste tú y me sorprendió 
el poder que hay en este amor, 
y llegaste tú, una bendición 
aún recuerdo cuando llegaste tú".

Todo era mágico, el momento, el lugar… Poncho… incluso él era mágico era como si por un segundo alguien hubiese sacado al príncipe de cualquier cuento de hadas para que estuviera conmigo solo que a diferencia de los cuentos no había límites de tiempo, no había carruajes que se convirtieran en calabazas ni tampoco alguna bruja mala que nos fuera a separar estábamos los dos juntos y eso no iba a cambiar, yo no permitiría que cambiara.

El acuerdo perfecto (AyA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora