El acuerdo perfecto (AyA)

8.

Era increíble que me divirtiera tanto con ella, entramos a la sala de juntas para ver diversos materiales y propuestas de techo acabados y pintura.

Ela y el Sr. Stuart conversaban mientras Any estaba entretenida leyendo los folletos de cada artículo....Yo la miraba... podría jurar que ella estaba interesada, no parecía esforzarse por hacerlo bien...simplemente era ella.

- ¿Qué color es tu favorito?-, le pregunté con una laminilla de tonos de pintura en la mano, en un tono bajo...se suponía que era algo que ya tendría que saber.

- Depende-, susurró ella mirando un folleto sobre los diferentes cristales para decoración.

- ¿De qué?-, pregunté rodando los ojos.

- De lo que esté pensando...de mi estado de ánimo...no lo sé-, dijo encogiéndose de hombros.

- Ahora mismo-, insistí.

- El verde quizás...-, susurró ella volviendo su mirada al folleto.

En ese momento sentí un extraño regocijo...como si quisiera decir...yo, yo, yo, yo, tengo los ojos de ese color...era una estupidez.

- ¿El tuyo?-, me preguntó ella sin mirarme.

- El azul...-, susurré y ella negó con la cabeza.

- Hablo en serio-, me dijo con una sonrisa.

- Yo igual...hay muchas cosas azules...-, anuncié mientras trataba de no pensar en cuanto de ella podría recordar ese color...sus ojos... hasta el armazón de sus lentes.

- Claro...claro-, dijo ella.

- Todo llegará a mas tardar en un mes-, anunció el Sr. Stuart mientras Any levantaba su rostro.

- Un gusto en conocerla Sta. Puente, Poncho...Ela-, se despidió mientras Ela lo seguía hasta las escaleras.

- Ven...-, la llamé tomándola de la mano y llevándola a una de las oficinas.

Ela regresó cuando nosotros salíamos de la sala de juntas rumbo a la oficinas, nos sonrió mientras yo le indicaba la puerta del fondo, la que normalmente, cuando estaba por acá, era mi oficina.

- Solo haré algunas llamadas después podremos llevar pizza para su tarde de películas-, dijo sonriente y Any asintió.

Abrí la puerta y nos encontramos en una pequeña oficina, con un escritorio, una computadora algo vieja y muchos dibujos.

Any miró las hojas blancas llenas de bocetos...oficinas, casa, habitaciones, indicando color y materiales, mientras yo me sentaba en la silla reclinable detrás del escritorio.

- Esto es muy bueno...-, susurró ella mientras yo miraba uno con la vista perdida.

- Tal vez-, admití y ella entrecerró los ojos.

- ¿De quién son?-, preguntó con una ligera sospecha yo sonreí con suficiencia antes de reclinar la silla un poco más.

- Los hacía antes de entrar a la Universidad-, dije y ella volvió su vista a los bocetos.

- ¿Por qué no estudiaste diseño?-, preguntó confundida.

- Tenemos muchos diseñadores-, dije encogiéndome de hombros, tratando de restarle importancia.

- Además...si voy a manejar esto...no haré dibujitos...las cuentas y los contratos no se hacen con lápiz-, dije un poco exasperado.

- Suena a pretexto-, dijo ella encogiéndose de hombros.

- Me va a examinar Dra. Puente-, inquirí en tono burlón y ella rodó los ojos.

- Pudiste sobrellevar tu talento con tus...-

- Obligaciones-, ataje, si eso eran mis obligaciones... obligación de manejar la empresa de hacerla crecer de colocarla entre las mejores en su campo... OBLIGACIONES.

- Es eso...lo ves como una obligación-, susurró ella mientras yo me llevaba una mano al cabello... no me gustaba mucho hablar sobre este tema.

- Es...mi papá es un gran cirujano...Christopher un excelente pediatra...mi mamá a llevado a la empresa a tener un buen nivel y... ¿no sé si solo quisiera buscar un trabajo donde solo tenga que hacer un trabajo especifico y que me paguen...sin grandes expectativas?-, suspiré aun sin entender por qué le decía todo eso a ella si lo que menos quería era hablar sobre ello.

-Eres ridículo...lo sabías-, dijo y yo sonreí.

- Claro la señorita perfección seria perfecta para aceptar una empresa en sus manos-, le espeté y Any me saco la lengua, era un gesto tan infantil... pero me encantaba que lo hiciera se veía tan tierna.

- Algún día dejaras de hacer eso-, me burlé y ella negó.

- Por qué no lo ves desde otro punto de vista-, sugirió mientras me daba la espalda.

- ¿Cómo cual?-, dije levantándome para pararme detrás de ella.

- Es una parte de tus padres...no es una obligación...es un regalo....su trabajo es confiado a ti...no esperando que tengas éxito o que los vuelvas millonarios, esperando que cada vez que entres aquí...recuerdes esto...tus dibujos...tus recuerdos, a ellos-, susurró mientras yo la giraba lentamente.

- Tienes talento para la psicología...-, dije sonriendo sinceramente.

- Soy más buena para los negocios-, susurró ella y yo no pude evitar reír con ella mientras recordábamos el acuerdo.

- Lo sé...-, dije en un hilo de voz.

- Tienes más madera de la que crees Herrera-, me dijo sonriendo.

- No te preocupes pronto acabara la etapa del idiota universitario popular-, bromeé ella se cruzo de brazos.

- Eres un tonto-, me dijo con la frente arrugada, yo lleve mi mano a su entrecejo y deslice mis dedos por su ceño fruncido.

- Me encantas enojada-, susurré mientras Ela abría la puerta haciendo que los dos nos sobresaltáramos y alejáramos, ya que nos habíamos acercado bastante.

- Lo siento chicos...ya podemos irnos-, dijo algo apenada mientras Any esquivaba su mirada, salimos de la oficina y pasamos a comprar dos pizzas de camino a casa, Maite llegó algo después de las dos...junto con papá, comimos juntos mientras me pequeña hermana quien cursaba el último año de preparatoria contaba su día minuto por minuto...Any parecía estar sorprendida de las palabras que ella decía en tan poca cantidad de tiempo...después de lavar los platos... Eduardo se despidió mientras Ela regresaba a la oficina deseándonos que nos divirtiéramos con las películas.

.......

Bueno, no me quiero imaginar que fuese pasado si no llega la mamá de Ponchito mi amor.