El acuerdo perfecto (AyA)

7.

Un sonido agudo inundó la habitación mientras me revolví en la cama, miré con los ojos entrecerrados a Poncho quien se tapó la cara con la almohada, mientras yo me giraba para buscar mi reloj.

- ¿Qué diablos es eso?-, murmuró Poncho debajo de la almohada.

- Mi reloj-, susurré con la voz ronca, logré verlo en el buró y lo apague mientras me tumbaba de nuevo en la cama, cerré los ojos por un minuto y después levanté el aparatito para ver la hora.

- Poncho son las 9:30am-, dije mientras me levantaba apresurada llevándome conmigo parte de la sabana.

- Gracias por el aviso...el clima por favor-, me dijo mientras se acomodaba acurrucándose en su lado dándome la espalda.

- Tu mamá debe ver los nuevos materiales a las 11:00-, le dije moviéndolo del hombro pero no hubo respuesta, seguí intentando pero era como estar luchando con un nene al que le dices que es hora de ir a la escuela.

-Any...sabes lo que significa vacaciones...si va-ca-ci-o-nes-, susurró mientras yo tiraba de la sabana molesta.

-Levántate ya...-, le dije al pie de la cama.

-No-, susurró él ya despierto, pero al parecer le parecía divertido hacerme enojar.

-Alfonso-, lo llamé pero él no contestó.

- No te vas a levantar-, dije en tono amenazador.

- Si ya lo sabes... ¿por qué preguntas? -, dijo con voz sosa, tomé las dos puntas del edredón y lo jalé mientras trataba que la sabana tapara mi cuerpo, casi hago un berrinche al notar su bóxer, él tuvo que habérselos puesto de madrugada, mientras yo estuve toda la noche desnuda con él en la cama.

- Anahi-, me advirtió con una sonrisa, mientras se paraba de la cama directo hacia mí.

- Ves... lo hiciste-, le dije en tono burlón pero él no replico nada y siguió acortando su distancia, fui hasta el cuarto de baño y abrí la puerta, entré pero Poncho tomó la orilla evitando que pudiera cerrar.

- No son formas de despertar a tu perfecto novio...-, dijo en tono burlón.

- ¿Perfecto?...diablos debes avisarme las cualidades que sean difíciles de identificar-, repliqué pero al parecer Poncho estaba más concentrado recorriendo la parte de mi cuerpo que no era protegida por la sabana.

- Poncho suéltala ya-, dije haciendo involuntariamente que con el forcejeo la sabana dejara ver parte de mi pecho y mi cintura.

- Por mi nos podemos quedar así un buen rato-, dijo con su hermosa sonrisa de costado.

- Eres un cínico-, le espeté.

- Y tú...también-, dijo el soltando la puerta mientras yo le sacaba la lengua antes de cerrar.

Entré en la ducha me di un rápido baño y me vestí cómoda unos jeans y una remera ligerita gris con estampado en negro, al salir ya Poncho se había cambiado llevaba unos jeans gastados y una camiseta negra que se pegaba perfectamente a su cuerpo se veía TREMENDAMENTE sexy.

- Podríamos habernos quedado dormidos toda la mañana-, reclamó sacándome de mis pensamientos, mientras el terminaba de ponerse los zapatos.

- ¡Diversión, diversión, diversión!-, exclamé sarcásticamente mirándolo por el espejo mientras cepillaba mi cabello. - Aceptamos ir con tu mamá-, dije mientras me hacia una coleta.

- Necesitas un masaje anti-estrés-, dijo Poncho rodando los ojos.

- Claro que no-, repliqué.

- Claro que si...todo tienes que tenerlo controlado...-, me respondió burlonamente.