20.

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No soportaba todo el pesimismo que me embargó. El temor de perderla, la furia de pensar en que ella podría estar con alguien más, no hablé en todo el camino a casa y al llegar me limité a dejar las bolsas en la cocina e irme a mi habitación dejándola sola, sé que era una falta de educación dejarla así sin decir nada pero estaba demasiado tenso como para hablar con ella. Al llegar a mi habitación pegué mi puño en la pared cercana a la entrada del baño, recosté mi cabeza y cerré mis ojos para intentar calmarme, me sentía tan frustrado tan impotente, no sabía qué hacer, necesitaba no pensar en todo el embrollo en mi cabeza, en ella con alguien como Diego..., que sería yo...solo el recuerdo de un acuerdo, no lo soportaba, que iba a hacer sin ella, me había cambiado, no era el mismo, no sería el mismo...en ese momento escuché como se abría la puerta del baño y ella me llamaba.

- Poncho...- dijo... pero no me moví... no sabía que decirle... la sentí caminar hasta quedar a mi lado.

- No estoy dispuesta a soportar tu actitud, si no me dices algo ahora mismo se acaba todo esto-, pero no la deje continuar no permitiría que ella se fuera no IMPORTA lo que tuviera que hacer lo haría todo por mantenerla conmigo a mi lado. La tomé de la cintura y la acerqué a mí mientras la giraba y la ponía contra la pared teniendo cuidado de no lastimarla pero con la fuerza necesaria para que no se alejara de mi.

La besé de forma demandante, hice como pude sus lentes para atrás quedando en su cabello, mientras buscaba la forma de sentirla conmigo, de saber que no la perdería, Any respondió, con más ímpetu del que debería si es que quería amenazarme con irse, nos separamos cuando el aire no nos dejo seguir mas.

- Poncho-, llamó ella jadeante mientras yo tocaba su frente con la mía.

- Tengo miedo de...-mi voz se desvaneció mientras me tensaba, no podía decirlo, miedo de perderla, miedo de que el acuerdo terminara, miedo de que ella se enamorara de alguien más.

- Quiero que seas mía-, demandé mientras rozaba mi nariz con la suya y Any enredaba las manos en mi cabello.

- Eres un tonto Herrera...no deseo estar con nadie más, con nadie....estoy aquí...mírame-, murmuró contra mis labios, yo encontré mi mirada con la de ella quien respiraba aun con dificultad.

-Lo quieres, hazme tuya entonces...-, susurró ella, deslizó una mano hasta encontrar la mía y la tomo llevándola a su pecho, la miré fijamente, no estaba seguro como, pero ella seria MIA para siempre.

~........~

Veía su rostro tan afligido tan lleno de tantos sentimientos encontrados y eso me desarmó.

- Lo quieres, hazme tuya entonces...-, le dije mientras tomaba su mano y la ponía en mi pecho.

- Soy tuya-, murmuré mientras tragaba el nudo en mi garganta, cuando era niña me juré que no dependería de nadie más que de mi misma y ahora me estaba entregando a él, no sabía si Poncho lo entendería, pero esto no era por el acuerdo, era porque él me había ganado, era porque yo lo necesitaba.

Poncho no dejó mi mano junto con la suya, comenzó a acariciar mis senos, por encima de mi blusa provocando que yo misma me acariciará, cerré los ojos, él me besó mientras nuestras manos aun seguían unidas acariciándome, yo enrosqué la otra mano en su cabello mientras me recargaba más en la pared.

Poncho besó y mordió mi cuello suavemente mientras yo gemía ligeramente y mis manos seguían acariciando por encima de la blusa.

Él me empujó mas contra la pared haciendo que sintiera su erección aun por debajo del pantalón, yo gemí y lo besé mientras nuestras lenguas jugaban.

El acuerdo perfecto (AyA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora