24.

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Chris, Mane y yo fuimos a la empresa a ayudar a mama con los muebles, estuvimos un largo rato arreglando todo para la fiesta hasta que Ela llamó diciéndonos que era tiempo de ir a arreglarnos, Al llegar a casa me di cuenta de que mi querida cuñada y hermana tenían secuestrada a Any, mientras se arreglaban pase por fuera de la habitación bromeando un poco con Any, luego de bañarme y ponerme el traje que Maite había dejado en mi cama, fui por una botella de agua a la cocina y me dirigí a la sala donde estaban Chris y Mane.

Entré y me encontré con Chris quien también llevaba traje, solo que en lugar de corbatín este llevaba corbata.

Mane era el que iba un poco más informal ya que no llevaba ni saco ni corbata o corbatín como en mi caso pero si llevaba un chaleco que combinaba muy bien.

Nos sentamos a ver un partido de fútbol en la televisión mientras esperábamos a las chicas, como siempre el DESESPERADO de mi hermano terminó gritándoles para que bajaran, unos minutos después escuchamos a Maite llamándonos para que dejáramos de ver el partido, pero la verdad y aunque no soy muy aficionado, estaba muy bueno, así que los tres la ignoramos hasta que una melodiosa y ya muy conocida voz a mi espalda dijo.

- Pero mira quien juega, en ese equipo hay muy buenas razones para mirar-, cuando la escuché bromear nuevamente con eso me volví para darle mi mejor mirada de odio por estar mirando otros hombres, pero toda mi rabia se hizo añicos cuando la vi, esta era la Any que yo conocía, la sensual, la de esos ojos hermosos sin barreras, sentí una punzada de celos porque quería ser solo yo el que conociera esta faceta de ella, pero de cualquier forma estaba loco con ella, así o con sus lentes y aquella falda, no importaba nada más que ella.

- Nada de fútbol-, susurré aun con la voz descompuesta tratando de componer el semblante, Maite soltó una risita mientras se acercaba a Mane y le daba un beso en la mejilla.

- Por fin...amor ahora si siento que envejecí esperándote-, se quejó Chris mientras le daba un beso a su esposa, salieron rumbo al auto seguidos de Mane y Maite.

- Te ves hermosamente sensual-, le susurré al oído mientras ella metía sus manos a los lados de mi saco.

- Y eso que no utilice el deportivo que traía para esta ocasión tan especial-, se burló ella.

- O la falda, todavía tengo la esperanza de volverla a ver-, susurré antes de besarla, Any acarició mi abdomen por sobre la camisa mientras yo la acariciaba sintiendo la textura de la suave y fina tela del vestido.

- Pueden dejar de hacer eso, lo que sea que estén haciendo-, gritó Chris mientras ambos reíamos, y yo la tomaba de la mano para salir de la casa.

~........~

Llegamos a las oficinas para encontrarnos con Ela al lado de Eduardo quien lucía muy sobrio con saco, corbata y un chaleco a juego.

La empresa se veía muy diferente a hace unos días cuando estuve aquí todo el primer piso estaba muy despejado no habían muebles ni escritorios solo la decoración para la fiesta, casi podrías decir que en lugar de estar en una empresa estabas en un salón de fiestas, me imaginaba que todos los muebles estarían en la parte de arriba junto a las oficinas, los arreglos de las mesas eran casi mágicos TODO se veía bellísimo, definitivamente Ela tenía muy buen gusto y los globos inflados con gas que se pegaban al techo te hacían sentir como en un cuento.

Nos sentamos los 6 en una mesa y los chicos trajeron algo de beber, Poncho se sentó junto a mí y yo le acaricié la pierna sin darme cuenta que Poncho se tensaría por completo, yo reí cuando el ronroneó en mi oído de forma pícara.

- ¿Y los muebles?-, preguntó Maite, Mane señaló hacia arriba y Chris negó con la cabeza.

- Debieron ver el trabajo para subirlos, aquí tu conejo y tu corazón de chocolate no ayudaron para nada, solo fui yo y mis músculos-, bromeó éste mientras señalaba primero a Poncho y luego a Mane.

El acuerdo perfecto (AyA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora