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Desperté con un tenue dolor en mi estomago, que al abrir los ojos me impulso directamente al baño. Vomité fuertemente y luego de ello lloré recostada contra el servicio, ¿ Qué me estaba pasando?, decidí que la próxima semana sacaría una cita con un doctor, esto definitivamente no era normal… en absoluto.

Me bañé y alisté para dirigirme a la oficina, el trabajo fue muy pesado, Rodrigo no llegaría a trabajar hasta mañana, por lo que yo tenía trabajo doble, me sentía muy cansada y casi no había comido nada, las horas pasaron y gracias a Dios al fin pude salir rumbo a mi departamento.

Al entrar me dirigí a la pequeña oficina que tenía en mi apartamento acomodé unos cuantos papeles y archivos pero pronto me sentí demasiado cansada por lo que decidí irme a dormir.

Esta era mi rutina de todos estos días las horas pasaban y yo ni siquiera las sentía, caminé hacia la sala mientras me quitaba los zapatos y paré abruptamente cuando escuché la cerradura de la puerta abrirse, mi corazón empezó a latir fuertemente con temor, al pensar que alguien había entrado y yo estaba por completo sola, pero pronto el temor fue sustituido por la sorpresa al ver a un hermoso morocho alto, con el cabello ligeramente más largo y desordenado, de preciosos ojos miel con verde, que conocía muy bien, frente a mi… Poncho.

La impresión de no saber si era verdad o simplemente un engaño de mi mente, fue demasiado y un fuerte mareo me atacó haciéndome perder el equilibrio y caer al suelo mientras todo se volvía oscuridad, en mi casi inconsciencia esperé el golpe que nunca llegó y en su lugar una preocupada voz casi gritaba.

- Any- mientras me apretaba fuertemente contra su pecho y yo cedía a de la inconsciencia en la calidez de sus brazos.

Desperté un tiempo después no sé si fueron minutos u horas lo único de lo que fui consciente era de que no estaba en mi apartamento y aunque si estaba en una cama no era la mía.

Las paredes blancas y el aire indiferente del lugar me hicieron caer en cuenta de donde estaba, un hospital, traté de recordar lo último que había pasado y entonces todo llego a mi mente…Poncho.

¿Realmente había llegado? pero ¿ A qué? ¿ Y donde estaba ahora? Mi pregunta no verbalizada se contestó cuando escuché el ruido de la puerta al abrirse y estaba él entrando por la puerta con una sonrisa de arrepentimiento y tan guapo como siempre lo había visto, se veía un poco cansado, su cabello un poco mas desordenado de lo normal y con una barba de 3 días, pero aun así seguía pareciendo un modelo de catálogo.

Se acerco a mí con un poco de vacilación y tomó mi mano, yo miré nuestras manos entrelazadas y me volví a él con el ceño fruncido.

- ¿Qué significa esto?- pregunté.

- Rodrigo fue a verme y hablé con Maite, me explicaron todo- susurró mirando hacia el suelo.

-Oh.- fue lo único que pude decir mientras mi mente procesaba el hecho de que el ya sabía la verdad porque la había escuchado de ellos pero se había negado a hablar conmigo toda esta semana que lo he llamado cientos de veces, la rabia bullía en mi interior al darme cuenta de ello, a mí, a quien supuestamente amaba no me había querido escuchar pero a otros si- así que a ellos si les crees y con ellos si hablaste y los escuchaste- dije en tono afilado.

- No Any… no f…- empezó pero lo corté.

- ¿Qué hago aquí? ¿Qué pasó?- cuestioné.

-Te desmayaste y bueno Rodrigo me dijo que habías estado mal que parecías enferma y Maite también lo mencionó, así que creí conveniente traerte acá y que te chequearan para saber que tenias- dijo en un murmullo- Any…- empezó nuevamente-Yo… yo… yo lo siento muchísimo Any realmente fui un idiota y te ruego que me perdones por las palabras tan horribles que te dije sé que no lo merezco pero por favor amor te lo suplico… perdóname.

No tuve tiempo de contestar porque en ese momento entró a la habitación un doctor, traía en sus manos unas hojas sonrió y se dirigió a mi.

- Qué bueno que ya despertaste, tengo el resultado de tus análisis- aseguró en tono profesional.

- ¿Pasa algo malo?- le pregunté un poco preocupada.

- No en absoluto, pero a partir de ahora tendrás que cuidarte mas y alimentarte bien, también debes tomar unas vitaminas diarias que te daré las cuales contienen Hierro y Ácido fólico entre otros.

- ¿Pero que tengo?- lo interrumpí.

-Felicidades señorita tiene usted 7 semanas de embarazo- afirmó.

Mis ojos se abrieron como platos debido a la sorpresa y me quede ahí sin moverme ni articular palabra ¿Cómo era posible que estuviera embarazada? bueno él como por supuesto que lo sabia, pero porque en este momento cuando las cosas entre Poncho y yo habían dado este giro, por supuesto una parte de mi saltaba de alegría al registrar el hecho de que tendría un bebé... un bebé que era fruto del amor que le tenia a Poncho, pero otra parte se sentía asustada llena de miedos e inseguridades.

Mi mente empezó a registrar varias cosas a la vez… las nauseas, mareos, vómitos, claro todos esos eran síntomas, luego volví mi rostro a Poncho quien tenía una gran sonrisa en el rostro y sus ojos brillaban con una alegría que nunca había visto en ellos, me abrazó fuertemente mientras el doctor salía dándonos un poco de privacidad.

- Te amo cariño.. Te amo- susurraba una y otra vez mientras me besaba y mis piernas flaqueaban ante el estremecimiento de placer que me embargaba al sentirlo junto a mi nuevamente mientras las mariposas bailaban en mi estomago, eso me hizo reaccionar… me aparté.

- ¿Qué pasa?- preguntó Poncho mientras intentaba tomar mi rostro en sus manos y yo lo alejaba nuevamente, me miró entre preocupado, nervioso y asustado.

- ¿Qué haces?- dije- ¿Crees que puedes venir acá presentarte en mi vida nuevamente y que olvidare todo lo que me dijiste?- pregunté con ironía – ¿Crees que voy a olvidar así de fácil tus duras e injustas palabras y que con un beso me voy a tirar en tus brazos para perdonarte? – continúe y las lágrimas empezaron a asomar en mi rostro-  No sabes lo mal que me he sentido y lo espantoso que se sentía tu rechazo, cada vez que te llamaba, ha sido la peor semana de mi vida, rompiste todas y cada una de las promesas que me has hecho y ahora quieres que salte a tus brazos como si no hubiera pasado nada- terminé, descargando un poco de todo el dolor que había sentido estos días.

- Pero seremos padres, tendrás a mi hijo- dijo casi suplicando.

- Y eso no cambiará, es tu hijo y jamás lo negaría o trataría de apartarlo de ti, pero conmigo en otra historia, me siento humillada y muy lastimada por ti- dije mientras me levantaba y recogía mis cosas- no quiero estar contigo, el hombre que yo amaba hubiese confiado en mi… el hombre que yo amaba me hubiese dejado explicarle… el hombre que yo amaba JAMAS me habría hecho sentir como una basura… y ese hombre no eres tu… no te quiero cerca mío- terminé.

- Adiós Poncho - dije mientras salía de ahí.


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😭💔

El acuerdo perfecto (AyA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora