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- No lo voy a repetir, al menos que me compruebes que no tienes tu aparato auditivo...si no-, Poncho se levantó de la cama y se apoyó en el mueble frente a su cama, con las manos a ambos lados de su cuerpo me miró y se echó a reír.

- ¿Estás pidiendo un costo?-, dijo tratando de controlarse. Es broma ¿Cierto? -, continuaba en tono hilarante mientras yo rodaba los ojos, no me imaginé que él se comportaría como un idiota, ó me decía el precio así de simple ó me iba de su habitación, no tenía un plan para un ataque incontrolable de risa.

Poncho me miró mientras yo prácticamente echaba humo.

- ¿Cómo te llamas?-, pregunto él mientras desviaba mi mirada-...no esperas venir con esa proposición sin presentarse o ¿sí?

-Anahi Puente... -, suspiré y le sonreí.

- Entonces te llamo Puente-, dijo el burlonamente.

-Any OK, Any-, le dije tajante.

-Bien Any, ¿Éstas escuchándote? -, dijo aguantando otro ataque de risa.

- Sí...y quisiera saber si me vas a dar una respuesta o me vas a hacer perder mi tiempo-, dije y el abrió los ojos como platos.

¡POR DIOS! estaba a punto de salir corriendo, ahora resultaba que el hombre que se había acostado con media universidad o quizás a más estaba siendo pudoroso y juzgador.

- ¿Quieres sexo...por qué no vas a alguna fiesta tu sabes alcohol...algún chico?-, susurró él con gesto pensativo, rodé mis ojos y me levante de la cama.

- Espera...-, dijo él y en sus ojos pude ver la intriga que no le permitía dejarme desaparecer.

-¿Por qué yo?-, pregunto con algo de suficiencia en su voz.

-Porque pensé que serias mas práctico... parece que no se me da bien juzgar a la personas-, murmuré y él sonrió.

-¿Quieres iniciar tu vida universitaria con el pie derecho?-, preguntó sentado en la cama.

Le envié una mirada asesina y el levantó las manos a modo de rendición, esta era una situación que mi mente no podría haber imaginado cuando decidí buscar a alguien, el pensar en Alfonso Herrera me pareció una buena opción, quien lo adivinaría.

- Será mejor que me vaya... aun me queda otra opción-, susurré mientras suspiraba, Poncho frunció el ceño mientras era claro en su rostro la punzada de curiosidad que lo invadió.

-¿Quién?...si se puede saber-, preguntó él y lo miré por un segundo preguntándome si debería decírselo.

- Rodrigo Ruíz comparte casi la misma fama que tú-, le dije exasperada con su actitud tal vez así dejaría de creerse tan especial pero en lugar de eso se echó a reír y negó con la cabeza.

- Rodrigo no es competencia...-dijo el muy arrogante- pero aún no me has respondido...por que pedir a alguien esto para iniciar la universidad-, insistió y para este punto yo estaba realmente exasperada.

- Me graduó en dos semanas genio y estoy harta de imaginarme teniendo sexo con alguien-, contesté desviando mi mirada dándome cuenta que dí mucha más información de la necesaria.

- Definitivamente esta noche la recordaré toda mi vida-, anunció él mientras yo me removía incomoda en medio de la habitación.

- ¿Qué estudias?-, me preguntó y yo negué con mi cabeza, esto se estaba convirtiendo en una pesadilla.

- Comercio Internacional...-, susurré.

- Muy adecuado para tus propuestas de negocios-, se burló y yo estuve a punto de sacarle la lengua.

- Solo olvídalo-, le pedí en tono bajo.

- Espera...de nuevo....si hipotéticamente alguien aceptara tu propuesta, de verdad quieres que esa sea...tu primera vez-, susurró él y yo reí bajito.

- Eres bastante santurrón ¿nó?-, le conteste a modo sórdido.

- No...la verdad no...por algo llegaste hasta aquí...pero me tienes intrigado-, concluyó él mientras esperaba una repuesta.

- Bueno técnicamente no soy virgen si...tu sabes existen algunos objetos...-, susurré con la mirada pegada al suelo y él abrió los ojos como platos.

- ¿Perdiste tu virginidad con...?-, el trastabilló ante cada palabra.

- Fue un accidente ....un accidente pero si no piensas contestar a mi primera pregunta yo no tengo nada que hacer aquí-, contesté tensa y muy avergonzada, ahora tenía ganas de llorar el me hacía sonar demasiado patética, era una mujer de 23 años...tenía derecho a algo de diversión, jamás pensé que aquello fuera terminar en la peor experiencia de mi vida, ninguna mujer quiere sentirse así, el dolor y la soledad, me había deprimido por mucho tiempo, pero me cansé de buscar a alguien o tal vez nunca lo intente en todo caso estaba harta de saber cómo sería sentir el cuerpo de un hombre rozar con el mío, que otros labios recorrieran mi cuerpo y que otras manos me tocaran mientras yo exploraba el cuerpo de un extraño y a la vez un amante...ese era todo mi problema, sórdido y avergonzarte...quería tener sexo y ahora solo estaba siendo humillada

~......~

Tenía que darle crédito...ella tenía coraje la miré mientras parecía perdida entre sus pensamientos y aun cuando yo era todo menos un caballero en muchos sentidos... aun así el aceptar dinero por sexo era algo fuera de mis límites.

- Buenas noches Sr. Herrera-, siseó ella mientras daba un paso hacia afuera, el teléfono sonó haciéndola pegar un brinco y quedarse parada mientras yo la veía a ella y al teléfono alternativamente.

Ninguno de los dos nos movimos, el teléfono repicó hasta que el sonido de la grabadora anunció la llegada de un mensaje.



El acuerdo perfecto (AyA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora