El acuerdo perfecto (AyA)

25.

Fui a recoger los canapés que mi madre dijo cuando la puerta a mi espalda se abrió con cansancio vi que se trataba de Paula, se acerco a mi supongo que según ella en modo seductor y me tomó de la solapa del saco y me acercó a ella.

- Paula, esperan esto abajo-, dije mientras le señalaba los canapés.

- Solo quería saludarte, en privado-, dijo mientras acercaba aun más su rostro al mío.

- Bien ¿Qué crees?, ya lo hiciste-, dije mientras soltaba sus manos de mi cuello y me alejaba.

- Vamos Poncho ya puedes dejar el papel, además no te estoy pidiendo nada, pero no vas a negar que nos divertimos, el que ella esté aquí no cambia nada, hace un año según entendía ya era tu novia y aun así bueno esa noche fue muy buena ¿o no?-, En ese momento desee poder olvidar todo lo que mis padres me habían enseñado sobre cómo tratar a una mujer para poder decirle unas cuantas verdades sobre la diferencia entre Any y ella.

- Paula...por favor-, me limité a decir.

-Te pongo nervioso-, preguntó un poco melosa mientras se acercaba nuevamente a mí.

- No, solo no te quiero alejar bruscamente-, dije exasperado mientras me alejaba nuevamente.

- Vamos Poncho se le ve que es simple, por favor, a ti te gustan mucho mas como diríamos...mujer-, ya me había cansado y le iba a responder de una forma muy poco caballerosa cuando se abrió la puerta y el alma se me fue del cuerpo al ver a Any entrando por la puerta, abrí los ojos con miedo de lo que ella creyera que todo esto podría significar. Para mi sorpresa Any caminó con una sonrisa hasta Paula mientras esta la miraba maliciosamente.

- Paula... querida, de verdad te entiendo mira que después de haber pasado una noche con Poncho entiendo que te arrastres de verdad que si, no te culpo, tan solo mírame la cara, pero ven te voy a explicar-, se burló mientras la tomaba del hombro y Paula se alejaba enojada de que ella no hubiera peleado conmigo.

-Verás existen algunos juguetitos...ya sabes aparatitos que te pueden ayudar con tu necesidad por que él, bueno no creo que pueda estar libre de nuevo-, se acercó a mí y me beso mientras Paula salía furica.

- Touché-, susurré y Any sonrió tenuemente, pero aun así note que ella no estaba bien, permaneció algo abstraída el resto de la noche, quizás si se molestó por aquellas ridiculeces de Paula pero no tuve oportunidad para hablar con ella, al menos no frente a todos.

Ya entrada la madrugada la gente fue despidiéndose hasta que solo quedo la familia, comenzamos a recoger las mesas, juntamos la basura y las botellas, Ela, Eduardo, Maite y Mane se fueron en el auto de papa, Chris se llevaría el auto de Ela y yo el mío.

- Bien hora de la camita-, se despidió Chris mientras salía con Dulce, yo asentí mientras acomodaba las últimas sillas plegables y observaba a Any subir a las oficinas con varios manteles en la mano y aun con la mirada perdida.

~........~

Subí para dejar la mantelería en la sala de juntas, que en realidad era el pretexto para esquivar a Poncho toda aquella actuación frente a Paula no era verdad porque aun las palabras de ella retumbaban en mi cabeza, ¿Y si no era lo suficiente para él?, Poncho podría prometer muchas cosas ahora pero ¿cuánto duraría?, ¿y si se cansaba de mi?, ¡y si al regresar se ponía a comparar?, las inseguridades me golpearon mientras caminaba no quería regresar a la casa, no quería estar en la habitación, me sentía insegura, aun cuando no lo quisiera, temía que Poncho me comparara con cualquier otra, quizás no hoy pero si después, lo peor es que en realidad nosotros no teníamos nada, fácilmente él podía irse.