Inside And Out |Vhope|

Quince

Hoseok ya se encontraba en su habitación, luego de comer un rico kimchi preparado por su padre, quien se encontraba en la sala viendo una de sus telenovelas, indiferente al desastre del cuarto de su hijo, en el segundo piso.

Hoseok ya bañado con unos boxers color turquesa, perfumado y oliendo a canela con vainilla, a cauda de las cremas humectantes y shampoo anteriormente aplicados en su cuerpo y cabello respectivamente.

-Esta es bonita-dijo Hoseok señalando una de las siete prendas iguales sobre la cama, todas tenían el mismo diseño de un helado comiendo un helado.-, pero esta que está aquí va con mis ojos-dudando tomó la polera de color celeste pastel-aunque esta...No sé.-Hoseok estaba frustrado, golpeó su pie contra el suelo y se tiró a la cama de brazos cruzados y gritó:-¡Papá!

Fue cosa de segundos para que su padre apareciera asustado por el estruendoso grito de su hijo, y al ver; poleras por todas partes, cajones abiertos por completo, un pantalón en la lámpara que colgaba del techo, zapatos regados por toda la habitación y a su hijo despeinado en ropa interior, mirándolo con su ceño fruncido y su boca formando un pequeño triángulo, dándole a saber que está molesto.

-¿Qué huracán pasó por aquí? Diría que fue el huracán Hoseok, el que fue provocado por un lindo chico con motocicleta.-le dijo su padre con un baile de cejas, a la vez que recogía un par de cosas del suelo y las acomodaba en su respectivo lugar.

-¿Qué?-Hoseok se levantó negando.-No hay ningún chico con motocicleta.

-¿No? ¿Y el que está afuera?-dijo su padre apuntando hacia afuera, en eso Hoseok abrió sus ojos de golpe, mirando con susto el reloj color damasco que se encontraba colgando en su pared.

-No, no, no. Se supone que llegaría en treinta minutos, no puede estar ahí afuera.-Hoseok miró a todos lados, comenzando a sentir pánico.- ¡Media hora! –Gritó con histeria.- ¡Tengo que limpiar esto, tengo que vestirme! –Se agarró los cabellos, jalándolos con nerviosismo.- ¡No estoy listo!

-Hijo, hijo, calma.-le susurra su padre agarrándolo por los hombros.-Era broma.-Hoseok lo miró mal.

-¡No juegues con eso!

-Era sólo una broma, quería ver tu reacción.

-No fue divertido.

-Sí lo fue.

-Te odio.

-No es cierto.

-Tienes razón-Hoseok lo meditó, recordando porqué lo había llamado a su habitación.-Necesito ayuda, es de vida o muerte.-exageró abriendo sus brazos, si lo vieras pensarías que de verdad aquella situación era de vida o muerte.

-¿Qué deseas?-le preguntó sonriendo, su hijo de verdad se veía gracioso con sus ojos abiertos, mejillas algo rojas y un pequeño puchero adornando sus labios.

-Yo...Voy a salir, y quiero verme bien...-Hoseok comenzó con un balbuceo casi inentendible-Necesito que me ayudes a escoger qué usar.-señala las siete poleras con el mismo maldito diseño, pero distintos colores.

-Oh, ya veo.-se acercó a la cama con una mano en el mentón, mirando con detalle cada polera.-Te recomiendo esta, porque resalta tu figura.

-¿Seguro?-tomó con duda la prenda de color calipso que su padre había señalado, se la colocó sin reclamos y se miró al espejo, confirmando que de verdad aquel color le hacía lucir una linda figura.-¿Qué me pongo abajo?

-Hace un tiempo te compré un lindo pantalón que tenía un pequeño doblez por sobre los tobillos, y recuerdo que también tenía un estampado de flores en las nalgas.-Hoseok lo pensó e hizo un pequeño gesto de ya saber a cuál se refería.