–Hoy, 2 de febrero del presente año. Se declara culpable al menor de edad Kim Taehyung, acusado por homicidio en primer grado a mano armada al señor de cuarenta y cinco años, Lee Chungjae. –declaró el juez golpeando el martillo contra la pequeña madera que descansaba sobre el estrado. –Será condenado a la pena máxima de cinco años y un día para menores.
No le importó oír que iba a ser privado de cinco años de libertad, sinceramente, tampoco le hubiera importado que le hubieran dado hasta una cadena perpetua.
Todo se había ido a la mismísima mierda, y con todo se refería a su felicidad. Oía a sus familiares llorar a sus espaldas, gritando de que el juicio no había sido justo, pero a su criterio el juez no había dicho nada que no fuese cierto.
Estaba destrozado por dentro, le había mandado un mensaje a Hoseok para decirle que hoy se haría el juicio. El pelirrojo no respondió, menos se dignó a dar señales de vida en el tribunal.
Eso le había dolido mucho más que escuchar las palabras del juez sobre su condena, necesitaba la presencia de Hoseok ahí, pero no podía contar con eso. Se sentía en cierto modo defraudado, estaba decepcionado por la ausencia del mayor, esperaba algo de apoyo, pero tampoco pudo contar con eso.
Se levantó cuando se lo indicaron, su traslado estaba iniciando. Se lo llevarían inmediatamente luego del juicio, así se había acordado. Tampoco es que tuviera que solucionar cosas, es decir, su madre estaba internada en el hospital, y Hoseok ya demostró su falta de interés en lo que su situación actual respecta.
¿En qué había quedado su relación? ¿Seguirían siendo novios? ¿Siquiera volvería ver al pelirrojo?
Imágenes del pelirrojo abordaron su mente de camino a la prisión. No pudo evitar derramar un par de lágrimas. No lo volvería a ver en por lo menos cinco años. Su padrastro le había arrebatado algo más importante que su libertad; le había quitado a su Berry.
(...)
¿Cuánto había pasado? ¿Un mes? Eran insignificantes treinta días, pero habían parecido una eternidad, había pasado el cumpleaños de Hoseok, y lo único que hizo durante ese día fue encerrarse con el psicólogo de la cárcel a llorar y hablar de su pasada relación.
Al menos no pasaba el día solo. Se había encontrado Im Jaebum, un chico con el cual hablaba esporádicamente en las carreras, enterándose que éste había sido encarcelado por estas mismas, y que estaba en su misma situación; tenía a su novio Youngjae, menor por dos años. Él no podía venir a visitarlo por ser menor de edad, pero por lo menos tenía la seguridad de que seguían siendo novios porque lo llamaba, prácticamente, todos los días.
Lo bueno de aquella prisión, al no ser de máxima seguridad y siendo la mayoría de reos jóvenes, es que permitían visitas por llamada –separados por un vidrio–,y personales, donde podían sentarse a charlar en una sala llena de seguridad y con otro montón de hombre compartiendo con sus familias. Las primeras podían realizarse toda la semana, mientras que las otras solo se permitían los martes, jueves, sábado y domingo.
Hoy era miércoles, por lo que no esperaba visitas, aunque la única visita que tenía, era la de su abuela, pero solo los fines de semana. Por esta razón se extrañó cuando lo llamaron a la sala de llamadas con el vidrio de por medio, para una visita.
Se dirigió con total calma, pasó por una revisión simple, lo hicieron sentarse en una de las cabinas vacías y esperar a su visita.
A los pocos minutos una silueta delgada apareció por el pasillo de entrada. Automáticamente lágrimas brotaron de sus ojos, llevó sus manos a su boca para acallar los sollozos que querían exteriorizar su dolor, pero esta acción solo provocó que más lágrimas hicieran su recorrido por sus mejillas.
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Inside And Out |Vhope|
Fanfiction¿Nunca se han preguntado cómo son sus compañeros de la escuela? "No te dejes llevar por las apariencias" Nada es lo que parece