Treinta y nueve

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Miércoles


Taehyung fue el primero en levantarse, debido a que ese mismo día entraban otra vez a clases. Empujó el cuerpo que se encontraba arribado contra él, se levantó y lo primero que hizo fue buscar la ropa que había traído el día de ayer para poder ir a la escuela sin problemas.

Entró al baño de Hoseok, se duchó con tranquilidad debido a la hora que era, ya que se levantaba a las cinco sin la necesidad de usar un despertador. Había creado un extraño hábito de levantarse aún más temprano cuando estaba en compañía de Hoseok, no entendía el porqué, pero tenía la pequeña idea de que era por lo difícil que era levantar al mayor.

Terminó de ducharse, miró en dirección a la cama en donde Hoseok seguía durmiendo plácidamente. Secó su cabello con una toalla, procedió a vestirse para bajar a la cocina para ir a hacer el desayuno.

Rebuscó algunas cosas para poder hacer algo decente para comer. Su ceño estaba fruncido mientras preparaba tostadas con huevo, procurando que nada se quemara. Su mandíbula estaba tensa, como si algo le frustrara internamente.

Miró por reflejó hacia el techo al oír un fuerte golpe en la planta de arriba, era temprano aún, le extrañaba que Hoseok se haya levantado tan temprano. Siguió con lo suyo escuchando maldiciones de parte de Hoseok hacia cualquier cosa, específicamente, con lo que tropezara; entre estas lo escuchó agrediendo verbalmente a la cama, el mueble, la lámpara, el armario y alguna puerta, para luego escuchar otro golpe contra el suelo.

Taehyung apretó más la mandíbula de irritación. Se sirvió los huevos y las tostadas con un jugo de piña, siendo el único que había en la nevera, en la mesa del comedor. Cuando iba por la segunda tostada apareció un despeinado y desarreglado Hoseok con una sonrisa soñolienta.

-Buenos días, Straw. ¿Me hiciste el desayuno?- saludó Hoseok con una sonrisa ahora más tierna. Para Taehyung, Hoseok se veía resplandeciente, hermoso y perfecto; muy por el contrario, el mayor era la definición de desastre, su pelo se hallaba levantado viéndose como pequeños remolinos, su mejilla aplastada sin permitirle abrir su ojo derecho, en la comisura de sus labios aún había saliva seca, haciendo juego con la sequedad de sus labios. Su ropa estaba completamente desordenada, y la parte superior de su pijama dejaba a la vista un par de marcas entre rojizas y moradas en la clavícula y cuello.

-No.- el ceño fruncido de Taehyung no abandonaba su rostro, mientras terminaba su desayuno. Hoseok entre el efecto post sueño y la actitud de Taehyung, se encontraba confundido aún en el umbral de la puerta. Se acercó a paso lento al castaño, quien de un solo trago acabó su jugo, se levantó y pasó junto a Hoseok, ignorándolo.

La mente de Hoseok lanzó una advertencia de peligro. Formó su triángulo inconscientemente, agarró al menor de la mano, haciéndolo girar con frustración- ¿Qué quieres, Hoseok?

-Oye, ¿Qué te sucede? ¿Hice algo?- Hoseok habló en voz baja, no quería provocar alguna mala reacción por parte de Taehyung. Este suspiró intentando calmarse, para que no se malinterpretara su enojo.

-No, no has hecho nada.- soltó bruscamente Taehyung.

<Sí hice algo, pero, ¿qué mierda hice?>, las neuronas de Hoseok se hallaban en un lío. Definitivamente no entendía que había provocado que el menor tuviera esa actitud aquella mañana. Aquellos días habían sido agradables, por no decir perfectos, habían convivido tranquilamente, salieron más de una vez como cualquier pareja haría, habían estado teniendo relaciones desenfrenadamente, de distintas formas y con diversas actitudes, pasaban de tener sexo sucio a hacer el amor como dos adolescentes enamorados y vírgenes.

Inside And Out |Vhope|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora