–No estés tan nerviosa.
–No estoy nerviosa, ¿qué aspecto tengo?
–Ya te lo he dicho antes, estás bien.
– ¿Bien? La última vez que te lo he preguntado me has dicho que guapísima.
–Estás guapísima.
–Pues la vez anterior has dicho que fabulosa.
–Estás guapísima y con un aspecto fabuloso, radiante y serena y todas las demás características típicas de una novia el día de su boda.
– ¿Y el pelo? Detesto el mes de Marzo. En Nueva York siempre hace mucho viento.
–Tienes el pelo perfecto. Además vamos en taxi, no se te olvide.
– ¿Y si él no está allí?
–Estará. Y deja ya de mover el ramo de flores.
–Pero me he portado fatal con él.
–Y él se ha portado horriblemente mal contigo. Ya os habéis perdonado. El amor es así.
–Creo que me voy a desmayar.
–No te vas a desmayar.
–La verdad es que le quiero, ¿sabes?
–Ya lo sé.
– ¡Madre mía, ya es casi la hora! ¿Has traído el Valium?
La iglesia estaba abarrotada de gente y la novia llegó tarde. Por tercera vez, el organista empezó a tocar Jesús, Joy of Man's Desiring. Naruto se ajustó el cuello de la camisa y miró de soslayo a las filas de invitados, vestidos con sus mejores galas; a todas aquellas caras tan familiares de su infancia. El aroma de caros perfumes venía a mezclarse con la intensa fragancia de las lilas que adornaban el altar. Notó que tenía mucho calor y que se sentía incómodo con aquel ridículo traje. La rigidez alrededor del cuello le hacía mantener la barbilla inclinada con una especie de gesto agresivo, como si fuera a arremeter en el último ataque confederado contra los asquerosos yanquis. Pese a todo, se lo había prometido a Hinata y también a su padre. No le quedaba más remedio que seguir adelante.
***
–Muy bien, respira hondo. Vamos a ello.
–Ve tú primero.
–No digas bobadas.
–Por favor, echa un vistazo, hazlo por mí.
La puerta de la iglesia estaba entreabierta. En una modesta nave de planta de cruz, con el suelo de baldosines de colores, se extendían las filas de bancos, abarrotados de inquietantes invitados. En uno de los extremos esperaba un hombre, rígido por el nerviosismo, mirando a una representación de la crucifixión especialmente colorida. Sakura sonrió. Sai volvió la cabeza y su rostro se inundó de alegría y alivio al ver que ella tenía los ojos cuajados de lágrimas.
***
–... Estamos aquí reunidos para unir a este hombre y a esta mujer en la santa institución del matrimonio, que es el honroso estado...
Naruto miró por el rabillo del ojo a su madrastra. Ella le guiñó un ojo y, por unos instantes, él sintió que se relajaba. Anko había sido la segunda esposa; su padre no se había tomado nunca muy en serio el matrimonio. Con frecuencia, se había preguntado si a él le ocurriría lo mismo.
Pero la solemnidad de la ceremonia obligaba a tomársela con cierta seriedad. Amor. Fidelidad. Fortaleza. Constancia. Era bastante distinto estar allí en el altar a permanecer sentado entre los invitados.
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SIMPLEMENTE AMIGOS
عشوائيNaruto y Sakura son amigos. solamente. Hace muchos años que se conocen, han tenido sus más y sus menos, pequeñas discusiones, pero su amistad ha superado todas las barreras. pero ahora Sakura se ha quedado sin novio y en la calle, y el apartamento...