Beyond The Scene (Jikook, Yoonseok Y Namjin)

15. Bienvenidos a la casa del terror

[Jin]

Después de comer, Namjoon y yo nos dirigimos hacia la oficina del director mientras los otros volvían a la casa. Íbamos caminando al lado del otro en silencio, pero no se sentía realmente incómodo estar con él como lo habría sido antes.

—Jin —me llamó Namjoon de repente, sin mirarme —. Lamento haberte golpeado —se disculpó, mirando hacia el suelo. Me sorprendí un poco, ya que nunca habría esperado una disculpa y menos de su parte. Fue entonces cuando me miró y me sonrió —. ¿Sabes? Pensé que te quedarías llorando ahí mismo después de que te pegara, pero en verdad me sorprendiste regresándome el golpe —confesó —. Por eso, me siento obligado a respetarte un poco, pero sólo un poco —se apresuró a decir una vez que veía que sonreía con emoción —. Llevémonos bien desde ahora, ¿de acuerdo? —me preguntó con amabilidad, como nunca me había hablado antes.

—No tienes por qué disculparte —le dije sin poder apartar la sonrisa de mi rostro —. Creo que nos sirvió un poco para desquitar nuestra frustración. Además, me alegra que por fin podamos llevarnos bien —le dije —, ya que parece que los únicos que no podrán ser capaces de llevarse bien serán Yoongi y Jungkook —me reí.

—Lo sé —me apoyó, también riendo —. Siempre está maldiciéndolo y parece que Jungkook realmente le divierte hacerlo enojar.

—Sí, es un dolor en el trasero cuando quiere serlo —le dije sin dejar de reírme.

En ese momento llegamos a la puerta de la oficina del director. Yo le di unos golpes para después escuchar que él decía: "adelante", entonces llevé mi mano hacia el pomo de la puerta, pero Namjoon se me adelantó y la sostuvo para que yo pasara.

—Las damas primero —bromeó en un susurro sin soltar la puerta.

Yo pasé sin evitar avergonzarme un poco, ya que, aunque me llamara así, su acción me parecía de lo más tierna. Él pasó, entonces, detrás de mí y ambos nos sentamos en las dos sillas delante del escritorio.

—Oh, chicos —dijo el director al ver que nos sentábamos —, qué bueno verlos. ¿Qué tal el almuerzo? —nos preguntó con una sonrisa.

—Nada novedoso —contestó Namjoon encogiéndose de hombros.

—¿Se sentaron a comer juntos como se los dije? —nos preguntó.

—No tuvimos otra opción —le dije yo, restándole importancia —. ¿Qué era lo que iba a darnos? —le pregunté, yendo al grano.

—Ah, claro —dijo, como si apenas lo hubiera recordado —, tengan —dijo entregándonos un sobre —. Adentro hay una copia de la llave de la entrada para cada uno. También hay una tarjeta de crédito para las compras de esta semana. Cada semana les estaré depositando dinero y quiero que sean responsables con ello. Les dije a ustedes que vinieran porque, Namjoon —lo mencionó —, eres el más inteligente y Jin —me nombró —, el mayor y, por ende, el más responsable. Además, hay dos gafetes para que se los muestren al guardia cada vez que tengan que salir por las compras. Recuerden, sólo les daremos dos horas, por lo que si se tardan más del tiempo estimado, me veré con la libertad de bajarles la cantidad de dinero la próxima semana. Ya saben —volvió a hablar —, nada de alcohol o cualquier sustancia que pueda considerarse como "prohibida", ¿de acuerdo? Les dejo esto en sus manos chicos. Confío en ustedes —concluyó, mirándonos con seriedad.

Una vez que salimos de su oficina, nos dirigimos a la casa. No teníamos nada más que hacer y había sido un día un poco cansado, por eso sólo quería llegar a descansar.

Sabía que a partir de ahora tendríamos que recorrer todo ese camino para tener que ir a clases, así que eso significaba que nos despertaríamos más temprano para poder llegar a tiempo. Eran quince minutos de caminata, si es que íbamos a un paso constante.