Beyond The Scene (Jikook, Yoonseok Y Namjin)

83. Mala suerte

[Yoongi]

Una vez que nos instalamos en nuestras habitaciones, los chicos propusieron ir a la playa a pasar el rato. La verdad, no me emocionaba demasiado estar en una casa cerca de la playa, ya que ni siquiera sabía nadar y no me gustaba quemarme con el sol. Era un poco delicado en ese sentido, pero no quise negarme cuando Hoseok me llevó con él al exterior con el fin de refrescarse en el mar.

Sin embargo, a pesar de sus insistencias, no quise entrar con él al agua, por lo que me quedé debajo de la sombrilla que habíamos llevado, sentado sobre una toalla, intentando no sentirme tan incómodo por el sudor que bajaba por mis sienes gracias al calor, y se deslizaba por mi columna vertebral, haciendo que mi camiseta se pegara a la piel.

Habría deseado quedarme dentro de la casa, durmiendo un poco, ajeno a todo aquel escándalo que la gente que también estaba en la playa hacía. Los niños jugando con la pelota gritaban mientras se desarrollaba el partido, y algunas señoras les chillaban a sus hijos que tuvieran cuidado al meterse al mar o los regañaban por portarse mal. Mientras tanto, los chicos estaban dentro del agua, y se notaba que realmente se estaban divirtiendo.

Solté un pequeño suspiro y me levanté de la toalla, con el fin de comenzar a caminar hacia el interior de la casa. Quizás podría ayudarle a Jin a hacer la comida o algo así. Sabía que corría el riesgo de hacer el mal tercio, pero en verdad me encontraba aburrido, por lo que no pude pensar en qué otra cosa podría hacer.

Abrí la puerta y me dirigí hacia la cocina, sin saber qué me encontraría ahí. Hubiera deseado haberme quedado mejor en la playa que tener que ver a Namjoon y a Jin haciéndolo en la cocina. Sí, ¡estaban teniendo maldito sexo en la cocina! No estaban haciendo demasiado ruido, y los gemidos de Jin (quien estaba recargado sobre la barra de espaldas a Nam), siendo penetrado con ímpetu por Namjoon, apenas se escuchaban. Por supuesto que ellos no me notaron ahí, ya que estaban de espaldas a la entrada de la cocina y yo no hice ningún ruido para exponer que estaba ahí, sino que me di la vuelta con rapidez y salí de nuevo de la casa. ¡¿Por qué carajos tenía que ser siempre yo quien descubriera ese tipo de cosas, maldita sea?!

La verdad, no sabía si sentirme frustrado, enojado, furioso o simplemente disgustado. Esto era como el colmo. Si así comenzaba las vacaciones, ¿qué podía esperarme del resto de los días? No llevábamos ni 24 horas aquí y ya se había estropeado mi humor.

Decidí intentar calmarme, sentándome de nuevo en la toalla de antes mientras abrazaba mis rodillas. Mantuve la mirada en la arena por un rato, sin saber qué más hacer. Hasta que vi que unos pies se detenían frente a mí, por lo que volteé hacia arriba y me encontré con las largas piernas y el abdomen levemente marcado de Hoseok, quien se encontraba totalmente empapado. Llevaba una sonrisa en el rostro, la cual desapareció cuando notó mi expresión.

-¿Estás bien? -me preguntó, sentándose a mi lado.

-Sí, claro -le dije, intentando fingir normalidad.

Él, no muy convencido, me observó por un momento.

-¿Estás seguro? Te ves más pálido que de costumbre -expuso, sin dejar de mirarme atentamente.

Yo cavilé en el hecho de decirle lo que había visto. No es como si creyera que él tuviera que saberlo, pero me había prometido contarle todas mis preocupaciones o por lo menos compartir con él un poco de lo que sucedía en mi cabeza, con el único fin de demostrarle que confiaba en él. Sin embargo, ¿cómo le dices a tu novio que acabas de ver a dos de tus amigos teniendo sexo?

-¿Podría decírtelo después? -cuestioné, arrugando un poco el ceño.

Aquello lo hizo poner una expresión preocupada, pero no me insistió, sino que asintió, totalmente comprensivo.