Beyond The Scene (Jikook, Yoonseok Y Namjin)

75. El peor día

[Hoseok]

Me despertó la manera en la que Yoongi me besaba por todo el rostro con suavidad. Se había puesto sobre mí, de modo que, cuando abrí los ojos, al darse cuenta, se incorporó, sentándose sobre mi vientre mientras me veía con una sonrisa desde arriba.

—Buenos días, cumpleañero —me saludó, sin dejar de sonreírme de aquella manera tan linda.

A pesar de que la luz me molestaba en los ojos, no pude quitar mi mirada de su tierna expresión, ya que era la mejor vista para comenzar el día.

—Buenos días —le dije, regresándole la sonrisa mientras me espabilaba un poco; aunque él no se quitó de mi cuerpo, por lo que no pude levantarme.

—¿Qué tal dormiste? —preguntó, sin moverse.

—A tu lado siempre duermo bien —contesté, llevando una de mis manos hacia su rostro para acariciarlo un poco, entonces el buscó mi tacto, inclinándose hacia mí un poco mientras se dejaba tocar.

—Me alegro que sea así —me dijo, tomando mi mano entre las suyas y llevándola hacia sus labios para depositar un tierno beso en ella —. ¿Tienes hambre? —preguntó —. Te prepararé lo que tú quieras hoy —prometió.

—Ya tengo lo que quiero en la cama —murmuré, tirando de él para que cayera sobre mí, envolviendo mis brazos a su alrededor.

Escuché que reía, pero no se alejó, sino que llevó sus labios hacia los míos y comenzó a besarme con ternura. En verdad amaba cuando se comportaba de esa manera tan linda, ya que se reflejaba lo tanto que me quería en ello, lo que hacía que algo en mi interior se derritiera por completo. Además, era un lindo detalle que se despertara antes que yo sólo por tratarse de mi cumpleaños, especialmente porque el día anterior no había comentado nada al respecto, por lo que creí que lo había olvidado, aunque ahora me daba cuenta de que no era así en lo absoluto.

Nos besamos por un momento más, tumbados en la cama, pero no llegamos a más allá de eso, sino que, cuando estaba a punto de intentar quitarle el pijama, él me detuvo, sonriendo de lado mientras se incorporaba.

—Eso vendrá después —dijo, sonriendo con picardía.

—Pero es mi cumpleaños —renegué con un puchero, levantando un poco su camiseta para acariciar su abdomen.

Él simplemente rio mientras alejaba sus manos de mí, tomándolas con las suyas.

—No seas necio —me regañó, sin quitar su sonrisa.

—Pero...

—Podemos hacerlo después —me dijo, interrumpiéndome con suavidad —. No entiendo por qué siempre piensas en eso —volvió a reír.

—Es tu culpa por ser tan tierno —le dije, soltando su agarre y pellizcando una de sus mejillas.

—No soy tierno —se quejó, retirando mi mano de su rostro, frunciendo un poco el ceño.

—Tierno Min Yoongi —murmuré, ignorando sus palabras y tomando sus mejillas con ambas de mis manos esta vez.

Él puso los ojos en blanco, pero no las separó de mí, sino que dejó que jugara con su rostro un momento más sin protestar. En verdad que nunca me casaba de él; era como una droga, porque mientras más tuviera de él, quería más, como si no me bastara con tenerlo para mí por completo. Sabía que aquello era algo ambicioso, pero no podía evitar sentirme de aquella manera, ya que lo amaba.

—Vamos a desayunar —dijo entonces, comenzando a levantarse.

—¿No podemos quedarnos un poco más en la cama? —cuestioné, haciendo una mueca de desagrado.