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💟 U L T I M O S   C A P I T U L O S 💟

-Espera, dijiste que ¿alguiente empujó? -No solo era por cambiar de tema, necesitaba confirmar mis sospechas. Ella asistió.- Carolina, ¿Kendall lo hizo?

Kendall era la única persona que estaba ahí y aunque más allá del sexo que hubo con ella, nunca mezclé los sentimientos. Ella me confesó que me quería, pero en ese tiempo ella estaba de novia y yo no sentía nada por ella. Kendall siempre fue una persona amable, humilde y sencilla; no me hago la idea de que ella podría haber intentado asesinar a Carolina y haber matado a nuestro... Nuestro hijo.

-Yo también hubiera pensado en ella, Agustín. -Suspiró.- Pero el perfume que traía la persona que me lanzó por las escaleras no era el de Kendall, y esa persona se veía más alta, no traía tacones. -Hizo una mueca y me miró fijamente.- Cuando me desperté por un vaso de agua, la puerta del patio estaba abierta, pensé que eran los niños pero no era así. La cerré y subí para irme a dormir, pero escuché un ruido, provenía de abajo y me giré para tratar de ver algo y fue ahí cuando sentí las manos en mi espalda.

Agachó su mirada. Me acerqué a ella para abrazarla.

-Estás bien, mi amor. Te aseguro que entre Ruggero, Vicent y yo vamos a descubrir quien intentó matarte de esa manera. -Asintió.- Te amo mucho.

Deposité un beso en la coronilla de su cabeza.

-Yo también. -Susurró.- Ahora dime, -Me alejé de ella.- Dime que nuestro bebesito también está bien.

Puedo jurar que toda la sangre de mi rostros desapareció y me puse rígido. Ella lo notó, pues sus cejas se juntaron por la confusión.

-¿Agustín? -Tomó mi rostro entre sus manos que ya se encontraban cálidas.- Dímelo. El doctor tampoco contestó no pregunta durante unos segundos que desperté. -Sus ojos se comenzaron a cristalizar y yo sentía el nudo en mi garganta.- Agustín, contestame... -Estaba desesperada.

-Necesito que te tranquilices, ¿puedes? -Le pedí suavemente y coloqué mis manos sobre las de ella. Di un corto beso en su frente.

-¡No! ¡¿Dime cómo está mi bebé?! -Gritó desesperada y ya no pudo retener mas sus lágrimas; pero no podía hablar, las palabras no fluían de mi boca.- Dime que él está bien, Agustín. ¡Dímelo!

-¡No puedo! -Me exalté y mi respiración se volvió irregular, pude también sentir las lágrimas llegar hasta mis ojos. Me puse de pie y me alejé de ella. Ni siquiera podía mirarla a los ojos. Le di la espalda.

-¿Por qué no puedes? -Preguntó en un susurró.- Agustín, mírame. -Negué con la cabeza.- ¡Dime que ha pasado!

-¡No sobrevivió! -Me giré bruscamente y le grité.- ¡Estaba muy pequeño y no soportó los golpes! -Ella se quedó en shock.

Carolina.

¿Qué? ¡¿Qué?! ¿Estaba bromeando? No, Agustín jamás jugaría con algo así. Esto... No podía ser verdad. No podía.
Sentí como todo el oxígeno que hubiera en la habitación de pronto se hubiese esfumado. No podía respirar.
Sentía como todo mi mundo se venía abajo, sentía como si algo quemara en mi vientre y me hubiesen encajado un cuchillo en mi pecho.

-¿Carolina? ¡Carolina! -Agustín corrió hacia mí.- Respira por favor, tranquilizate, mi amor... -Se alejó de mi y comenzó a gritar a el doctor.- ¡Doctor, venga rápido! -Él corrió hacia mí de nuevo.- Perdón, mi amor, perdón... -Sus ojos estaban rojos, hinchados y estaba llorando.

-Con permiso, señor. -Llegó en doctor y lo hizo a un lado.- Carolina, necesito que te calmes y respires por tu nariz. -Seguí sus instrucciones y pronto sentí de nuevo el aire llegar a mis pulmones.- Sr. Bernasconi tendrás que salir y dejarla descansar, te pedí que le dierss un tiempo antes de decírselo. -Agustín me miró y pude ver su mirada de arrepentimiento. No lo culpaba, tarde o temprano tenía que saberlo. Él asintió y salió de ahí sin decir nada más.- Lo lamento Carolina. Necesitas descansar.

No podía hablar, parece que el ratón se hubiera comido mi lengua. Estaba estática y mi mente no paraba de repetir las palabras de Agustín. Mi bebé, nuestro bebé. Las lágrimas habían cesado, pero por dentro sentía mi cuerpo llorar.

Agustín.

Salí y comencé a patalear, como un niño pequeño que no había obtenido un juguete nuevo. Ruggero y Karol llegaron corriendo directo conmigo.

-Carajo, Agustín. ¿Qué te sucede? -Ruggero me tomó de los hombros.

-Ya se lo ha dicho y le causé un estado de shock. -Les hablé y Karol me abrazo instintivamente.

-Tranquilo, ella tenía que saberlo. -Su mano bajaba por mi espalda en modo de consolación.- ¿Ya ha mejorado? Quiero verla.

-Si, el doctor la tranquilizó y ahora ella está bien, supongo. -Se alejó de mí y limpió mis lágrimas con sus pulgares. Sonrió suavemente.- Gracias.

-No es nada, Agus. Ahora, ve a tu casa y date un baño, descansa solo unas horas... -Negué.- Si. -Dijo firme.- Lo vas a hacer, necesitas descansar y tus hijos también te necesitan.

-Es cierto, Agus. -Le siguió Ruggero.- Bella y Eithan ni siquiera quisieron comer. Ellos también están mal.

Asentí, no quería perder a mis otros dos hijos, así que los abracé y me giré en busca de Kendall, que ya no estaba.
Le di poca importancia.

-Dile que vendré en unas horas y que la amo muchísimo. -Karol asintió con una sonrisa triste y me fui directo al coche.

Carolina.

Seguía viendo al techo, lamentando este horrible suceso. Hasta que escuché la puerta abrirse. No quería ver a nadie, quería morir y arrancarme este maldito dolor.

-Carito... -La voz suave de Karol llegó a mis oídos.- Me alegra mucho que hayas despertado, por fin. -Se acercó a mí y me dio un pequeño y leve abrazo.- ¿Cómo te sientes? ¿Quieres hablar de ello?

Negué con la cabeza.

-Sé que estás muy mal, pero por favor no te cierres a nosotros y menos a mí. -Sorbió de su nariz, haciéndome dar cuenta que estaba llorando.- Jamás he perdido a un hijo y tu estés pensando "¿Cómo puede decir eso?, pero no eres a la única que le duele. -Tomó mi mano y la miré, su cabeza estaba cabizbaja y se veía muy cansada.- Agustín está como loco, lleva aquí más de 8 horas. Cuando se enteró creeme que no paraba de culparse, no paraba de gritar, de llorar y golpear el suelo. -Se limpió las lágrimas que rodaban por sus mejillas.- Claudia también lloraba por ver a su hijo en esta situación. Gastón tuvo unas cuantas lágrimas pero no quiso hacerla notar. Ruggero también lloró junto a Agustín y pues a mi también me dolía en el alma verlos así... Y saber como estarías tú... -Levantó su mirada y mi visión se hizo borrosa.- Estabas muy emocionada y no sabes cuanto lamento esto, pero por favor no nos alejes. Ya hemos sufrido mucho. -Su labio inferior temblaba.- Tus hijos también están muy mal y ellos aún no saben lo de su hermanito. Lloraron mucho y Mía no sabía como ayudarlos, estaba triste por sus padrinos y primitos. -Sonrió tristemente.- Te necesitamos, Carolina. Y queremos que sepas que siempre te vamos a apoyar en todo.

Ella me abrazo y yo le devolví el abrazo, donde comencé a sacar todo lo que estaba reteniendo. Necesitaba esto.

Nos acercamos al finaaaal, angelitos.👀 Y ya tengo todo planeado, aquí les muestro lo que nos falta.😰 Las quiero💛

😰 Las quiero💛

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Baaaaai.💛

- A.A.M. -💟🔥

Mi Gran Tentación • Aguslina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora