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Después de algunos besos y caricias por parte de Agustín, decidimos bajar antes de que el señor calenturiento me contagiara y lo pusiera mas caliente de lo que debía, pues si así ya tenía una gran erección ahí abajo.
Nos encontramos con Claudia, Ruggero y Karol riendo mientras Rugge le contaba acerca de como Karol se había agarrado a llorar como una loca. Agus y yo llegamos tomados de la mano, nos sentamos al lado de Karol y empezamos a platicar acerca de como habíamos llorado y lo que sentimos cuando dejamos a nuestros bebes ahí causando unas carcajadas entre todos.

- Yo recuerdo que cuando fui a dejar a Agustín al kinder, que tenía 4 años, tenía mucho miedo de lo que iba a suceder cuando él entrará. Lo tomé de la mano hasta la entrada, pues en ese entonces las maestras no nos dejaban pasar a los padres. Agus hizo un puchero diciéndome que no lo dejará. -Miró a Agustín, mientras todos los demas la mirábamos atentamente.- Me decía que ya se iba a portar bien. -Rió. - Al momento que timbraron le di un beso en la frente y comenzó a llorar. Entonces, no sabía que hacer para calmarle, hasta que un niño de cabello rizado de la misma estatura de Agus se nos acerco. Le dijo a Agus: "No llores, yo también soy nuevo y tampoco tengo amigos, pero tu y yo podemos ser muy buenos amigos". Dejó de llorar y me miró, asentí y le Sonreí, devolviéndome el gesto se fue con su nuevo amiguito hablando de no se que tantas cosas. -Todos reímos mientras Agus, se sonrojaba levemente causandome ternura. Deposité un beso corto en sus labios y le sonreí. Él me abrazó y me sonrió.

- Lo siento pero tengo que quitarme la duda. - Habló Karol desesperadamente. - ¿El niño de pelo rizado era Ruggero?

Todos nos giramos para ver a Ruggero quien sonrió ampliamente y asintió. Abrí mi boca en una perfecta "O". Se levantaron y se dieron un abrazo amistoso.

- Siempre, a partir de ahi, son inseparables. Se han apoyado en todo y por eso lo quiero como mi hijo. -Dijó Claudia levantándose y abrazando a sus dos grandulones hijos, dándoles un beso en su mejilla. - Los amo mis niños.

- Awww. -Dijimos Karol y yo al unísono. Ellos nos fulminaron con su mirada y soltamos una carcajada.

Luego de ese momento tan tierno, fuimos a comer algo, pues Agus y Rugge estaban a punto de irse a la empresa. Agustín se despidió de mi con un dulce beso y un "te amo", lo mismo hizo Ruggero con Karol y dándole un último abrazo a su madre se fueron en el coche de Ruggero. Claudia, Karol y yo nos fuimos en el auto de Agustín, yo iba manejando. Ya casi era la una de la tarde, la hora en la que Mía salía así que fuimos por ella primero, ya que mis hijos salían quince minutos despues.

Al llegar, Karol y Claudia bajaron para poder recibir a Mía mientras yo las esperé en el auto. Cuando por fin llegaron, partimos a la escuela de Eithan y Bella. Mientras, Mía iba contando lo que había ocurrido en su kinder, desde que había conseguido una nueva amiga hasta un niño que le habia alagado sus ojos, que son iguales a los de Karol, haciéndonos reír.

- A tu papá le va a encantar esta historia. -Hablo Karol entre risas haciéndonos, por ende, reír a Claudia y a mí. Mía abrió sus pequeños ojos.

- ¡No! ¡Mami no le digas! -Gritó Mía alarmada.

- No lo hará Mía, tranquila, lo hace por molestarte. -Le dije riendo. Karol siguió riendo y preguntándole a Mía sí el niño era atractivo, causando que las mejillas de Mía tomaran un color carmesí en ellas.

Llegamos y salí con Claudia para ir por Bella y Eithan, quienes salieron corriendo alegremente. Subimos al auto y ellos comenzaron a hablar de su día a todos, Mía les contaba por igual, estos momentos no los cambiaría por nada.

Al llegar a la casa de Claudia, los niños subieron a cambiarse con ayuda de Karol, mientras que Claudia y yo nos dirigíamos al comedor para preparar algo para los niños. Cuando empezamos a preparar pasta con albondigas, un celular comenzó a sonar. Me di cuenta por el timbre que era el celular de Agustin, lo habia olvidado en casa. Me acerqué para ver quien lo llamaba y mi sangre comenzo a hervir. El nombre de "Carla" y su foto estaba en la pantalla. De mala gana tomé el celular y contesté.

- ¿Si?

- ¿Carolina? -La voz de Agustín sonó por mis oídos, haciéndome casi estallar de mucho, mucho enojo. - Gracias a Dios que lo tienes tu. Lo olvidé en casa de mi madre, ¿cierto?

- Si. ¿Estas con Carla? - Claudia volteó a mirarme rápidamente. Intente mantener mi voz tranquila, pero Agus supo que la sangre me hervía y se rió. - No entiendo lo gracioso.

- Si mi amor, llegue a la oficina y Carla estaba aquí, le pedí su celular para saber en donde había dejado el mío.

- Ajam. ¿Ruggero también tiene celular, no? - Agustín volvió a reír, mi enojo no disminuía en lo absoluto. Pero que preciosa risa.

- Si, pero nos dividimos apenas llegamos. ¿Me podrías traer el celular a mi oficina? -Me preguntó con una voz infantil. Di un resoplido.

- Nosotros también estamos divididos, ¿por que no le dices a Carla?

- Ella no sabe donde vive mi madre. - Habló natural.

- Eres un idiota. -Soltó una carcajada.

- Mi amor, estoy jugando. Necesito enserio el celular, por favor traemelo, aparte te puedes ganar un beso de mi parte o algunas otras cosas. -Dijo con una voz coqueta. Mordí mi labio y reí.

- Esta bien, te veo alla en 10 minutos. - Los niños entraron a la cocina junto a Karol.

- Te amo mucho celosa, te veo aquí. -Finalice la llamada. Les di un beso en la sien a mis mellizos y a Mía, avisándoles a Karol y Claudia a donde iba.

Subí al auto de Agustín y en menos de 10 minutos ya me encontraba frente a las grandes oficinas Bernasconi. Entré y saludé a Mildret, que era la secretaría de recepción. Me dijo que subiera hacia la oficina de Agustín. Tomé el ascensor y marqué el piso 10. Cuando salí lo primero que vi fue a la rubiecita de Carla, quien parecía haber salido de un antro y ella era la artista de la noche. Ella me dio una sonrisa falsa y mirándome de arriba a abajo. A unos paso de llegar a la puerta de la oficina de Agustín ella me habló.

- Srita. Kopelioff, esperé. -Me detuve y ella se alejó de su escritorio para acercarse a mí quedando cara a cara. Me dio un olor a zorra.- No puede pasar, deme el celular de el Sr. Bernasconi y yo se lo daré.

- Él me lo pidió a mí, yo se lo daré. Con permiso. -Intente pasar pero ella me lo impidió. - Carla, muevete.

- Él esta en una junta, por favor Carolina, no hagas ningún problema, dame el celular. -Dejo de tutear e intentó arrebatarme el celular.

- ¡Basta! ¡Dejame pasar, maldita sea! -Grité exasperadamente llamando la atención de otros empleados que pasaban por ahí. Ella no tenía derecho a tratarme así y menos con la situación que ella llevaba conmigo y los sentimientos hacia mi esposo.

La puerta de la oficina se abrió, dejándome ver a Agustín de espaldas.

- Carla, ¿que demonios esta ocu... Carolina? -Frunció el ceño.

- Su señora esposa intentaba pasar, pero le dije que estaba ocupado a lo que ella gritó queriendo pasar aún así. -Habló inocentemente la menos adecuada para serlo. Maldecí por lo bajo su jodida presencia en este mundo.

- Carolina, ¿eso es cierto? -Me miró a los ojos.

- Si. -Respondí molesta.- Quería entregarte tu celular y ella no me dejaba pasar.

- Pero ya te dijo Carla que estaba en una junta, pudiste dárselo e irte sin hacer tanto escandalo ganando así, interrumpir la junta. - Hablaba firmemente. No, no iba a discutir y eso no era lo que yo quería ganar. Yo quería ganar lo que él me dijo por teléfono. Estúpida.

- Bien, aqui tienes. -Le di su celular bruscamente haciendo que topara contra su pecho. Agustín lo tomó. -Adios. -Sin más me alejé para salir rápidamente de ahí. Llorar de coraje era lo que quería hacer en ese instante.



























Si que Carla es una desgraciada😒. ¿Qué piensan ustedes al respecto de la situación? 😤
Las quiero mucho angelitos.💛💛

- A.A.M. -💟🔥

Mi Gran Tentación • Aguslina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora