Eran las dos de la madrugada cuando por fin terminé con todos los archivos pendientes y pude llegar a casa. Las luces se encontraban apagadas, era más que obvio que ya todos dormían. Encendí la luz de la sala y una figura delgada acostada en el sillón llamo mi atención. Carolina despertó unos segundos después y al verme sonrió, lo que me hizo sonreír a mí por consecuencia. Pero así de rápido como apareció, se esfumó al recordar lo que acababa de pasar esta noche con Carla y no podía sentirme más que culpable por haber traicionado a una mujer como Carolina, mi mujer y la madre de mis 2 mellizos.
- Hola, mi amor. -Se levantó y se acercó para abrazarme por el torso. Le devolví el abrazo y besé su cabeza. Ella levantó su rostro e intento besarme, pero me alejé.
Oh vamos, claro que quería besarla, hacerle el amor ahí mismo, pero simplemente no podía. La primera razón, por que los mellizos estaban en casa y no sería muy agradable ver como tus padres lo hacen en la sala. La segunda razón, porque tenía que decirle la verdad a Carolina, me estaba arriesgando a una gran pelea con ella y mentiría si no les dijera que estoy muy asustado por temor al perderla. Ese sería mi fin, no sería capaz de sobrevivir sin ella ni tan solo un segundo. Egoísta y todo, pero la quiero toda para mí.
- Agustín, dime que pasa. -Habló Carolina, muy preocupada.
- ¿Podemos hablar? -Suspiré.- Necesito contarte algo.
Su mirada quedó en shock. Sabía que estaba pensando cosas malas, pero no podía decirle que estaba todo bien, porque no lo estaba.
- ¿Qué cosa? -Pude ver como sus ojos cafes se comenzaban a cubrir por lágrimas, su voz fue muy baja, como sí al hablar mas alto, ella se rompería.
- Primero, tienes que prometerme que pase lo que pase estarás conmigo, me escucharás y tratarás de entenderme. Por favor. -Le susurré juntando mis manos para llevarlas cerca de mi boca, como rogándole.
- Solo dime Agustín. -Suplicó entre dientes.
- Después de que tu me llamarás, estuviste en lo correcto cuando Carla entró. -Cerre mis ojos recordando lo que sucedió, tome una bocanada de aire y me sente en el sillón, para luego abrirlos. Carolina seguía inmóvil en su mismo lugar, mirando un punto equis de la sala y escuchándome atentamente.- Necesitaba unos archivos de un estante alto. Carla me dijo que yo siguiera revisando los archivos que ahí tenía en mi escritorio y ella bajaba esos archivos. Estaba un poco alto y decidió arrimar un pequeño banco que ahí se encontraba. Se subió a él y pude ver como se puso de puntas en sus altos tacones. Yo me levanté rápidamente y en un mal movimiento, el banco se ladeó y Carla resbaló para atrás. Yo corrí hacia ella y la atrapé. -Carolina cerró sus ojos y pude ver que una lágrima recorría lentamente su mejilla. Aparté mi vista de ella, incapaz de verla así.- La lleve al sillón y cheque su tobillo, para notar que se lo había torcido un poco. Iba a ir por hielo pero ella me detuvo y... Me dijo que habia sentido que se golpeó también la rodilla, la cheque y efectivamente tenía un moretón. Ella, aprovechó eso para decirme algunas cosas y...
- ¿Qué cosas? -Habló con un hilo de voz. Cerré mis ojos fuertemente y podía sentir como mi vista se nublaba por las lágrimas que querían aparecer.
- Me dijo que estaba enamorada de mí y ella haría cualquier cosa para que yo me enamorará de ella. -Murmuré.
-¿Y...?
- Yo le iba a decir que ya me encontraba más que enamorado de ti, que estaba más que feliz contigo, con nuestra familia, porque en verdad lo estoy mi amor, en verdad te amo y soy muy feliz a tu lado. Pero ella... me interrumpió.
-¿De qué manera? -Susurró.
- Me besó. -Solté después de estar en un debate con mi mente. Carolina guardó silencio, procesando todo eso. Decidí levantarme y acercarme a ella, pero apenas di un paso hacía su frágil cuerpo y ella retrocedió. - Mi amor...
- No. -Habló claro. - ¿Te besó? Agustín... ¡Dios, no es cierto! -Gritó molesta y ahora muchas lágrimas se desbordaban por sus lindos ojos.
- ¡Yo no tarde en reaccionar y la alejé! ¡La corrí! -Grité con una lágrima en mi mejilla. Me acerqué a ella, nuevamente y la tomé por las muñecas.- Lo hice por ti, mi amor. Porque tu eres a la única que amo y creeme que no te quiero perder. -Ella trato de safarse.
- ¡Sueltame, Agustín! Sabía que esto pasaría, pero no, no. ¿Ahora qué sigue? ¿Te vas a enamorar de ella y te vas a divorciar de mí, importandote poco lo que pasamos y nuestros hijos? -Estaba muy furiosa, herida, decepcionada.
- ¿De donde sacas eso? ¡Por supuesto que no! -Las luces de las escaleras y el pasillo se encendieron, captando la atención mía y de Carolina. Bella estaba ahí.
- ¿Mami? ¿Papi? ¿Por qué discuten? -Habló Bella con su pequeña voz, por lo que me pude dar cuenta de que ella estaba llorando. Ella había estado escuchando. Carolina se giró para limpiarse las lágrimas y luego dirigirse a ella. Yo la seguí y ella abrazó a Bella.
- No pasa nada, princesa. Son cosas de papi y yo, ¿sí? Vamos tienes que ir a dormir. -Se alejo de ella para llevársela a su cuarto, pero antes de avanzar hacia su habitación, Bella extendió su mano hacia mí y se la tomé.
- Yo no quiero que peleen. Yo quiero que estén juntos, que no se divorcien como los papás de mis amigos, porque ellos me han dicho que se siente muy feo. -Miré a Carolina y ella evitó mi mirada.
- Eso no va a pasar, princesa. -Le dije agachándome a su altura.- Mami y yo peleamos, pero nos seguimos amando. Vas a ver que todo va a estar bien. -Ella sonrió levemente y decidí abrazarla. Soltó la mano de Carolina y ella nos dio la espalda. Cargué a Bella y tomé de la cintura con mi otro brazo a Carolina, causando un saltito de su parte, pero no se movió de mi agarre.- Vamos, hay que llevarte a dormir.
Acompañamos a Bella a su habitación, ella se durmió fácilmente tomando mi mano y la de Carolina, juntándolas entre los tres. Despues de que ella se quedase dormida, Carolina le dio un beso en la frente y salió. Seguí su misma acción y luego la seguí a ella.
Iba en dirección a nuestra habitación, la tomé del brazo y la jalé contra mi pecho.
- Te amo demasiado, lo juro. Perdóname por favor. Te necesito. -Sin esperar una respuesta de su parte la besé, apasionadamente tomándola por la cintura para acercarla más a mí, transmitiéndole en ese beso que solo ella existía y existiría para mí. Lo dejaría todo por ella, por que lo vale. Ella me siguió el beso y podía sentir aún sus mejilla mojadas. Nos separamos casi sin aliento.
- Dejame ir. Por favor. -Su súplica me partió el corazón, pero esto era demasiado para ella y tenía que procesarlo. Asentí lentamente y la solté de mi agarre. Ella se giró y se adentró a nuestra habitación. Dejandome solo con muchas ganas de llorar, golpear y arrepentirme de lo que había hecho.
No he tenido mucho tiempo lo siento😭 Las quiero un millón💛 Gracias por todo & nos leemos luego. Este capítulo me puso muy sad.💔
- A.A.M. -💟🔥
ESTÁS LEYENDO
Mi Gran Tentación • Aguslina
Fiksi Penggemar"• Agustín y Carolina se conocen de una manera no tan agradable. Al principio la tentación juega con ellos y antes de que se den cuenta, ambos caen enamorados el uno del otro, llevando así a está historia a otro nivel. Peleas, secretos y amoríos, es...