Narra Solange:
Jonathan y yo habíamos sido novios durante un año y medio. Nuestra relación no era para nada saludable, si bien nos veíamos todo el tiempo, siempre discutíamos por diferentes motivos, más de una vez fue por culpa de mis celos. No podía evitar no ser celosa, él me daba motivos para serlo, siempre se juntaba con chicas que supuestamente eran 'amigas'. Recuerdo muy bien que más de una vez habían llegado a mis oídos los rumores de que él me era infiel. Yo no les creía, hasta que un día lo ví con mis propios ojos. Ahí fue cuando todo se terminó. Las relaciones se basan en el respeto y la confianza para con la otra persona, pero es que eso que teníamos ya no era una relación, éramos desconocidos que nos decíamos "te amo" aún cuando uno de nosotros no sentíamos aquello que tantas veces creimos sentir: A M O R.
Desde que lo nuestro se terminó, se empeñó en arruinar todas y cada una de mis relaciones amorosas, veía en ellas la oportunidad de que yo sea felíz, y por lo visto él no quería eso.
Siempre que ocurría algo, lo primero que se me venía a la mente era: "Seguro que Jonathan tiene algo que ver en esto..." y así era.
Siempre metido en medio.
Siempre arruinando todo, siendo tan.. Tan... Tan él.
Tal y como estaba haciendo ahora.
—Qué linda escena... Ay, disculpen... ¿Estoy interrumpiendo algo importante? —No recuerdo cuándo fue la última vez que escuche tanta falsedad en su voz. Suspiré cansada.
—¿Que querés? —Pregunté bruscamente, ya harta de él y su odiosa personalidad.
—Nada... Sólo quería conocer a tu nuevo novio. —De no ser porque es imposible, mis ojos se habrían salido de su lugar al escuchar aquellas palabras. Guido frunció el seño.
—¿Y vos sos...? —Preguntó Guido.
—Jonathan. —Guido alzó una ceja, esperando a que Jonathan continuara hablando. —El ex de Solange.
—Yo soy Guido... El actual. —Dicho eso, sonrieron falsamente y estrecharon sus manos.
—Sol, antes tenías buen gusto... ¿Que te pasó?
—¿Que me pasó después de salir con chicos lindos? Mmh, apareciste vos. —Guido intento reprimir una carcajada. La diversión había desaparecido de los labios de Jonathan para transformarse en una sonrisa arrogante. Lo miré con altanería, dándole a entender que no debe meterse dónde no lo llaman.
—¿Sabes qué? Mejor me voy a hablar con Mara. —Dicho eso, abandonó la habitación.
Y se fué, dejandome bajo la mirada espectante de Guido. Ya comenzaba a ponerme nerviosa...
—¿Qué?
—¿Me podés explicar porqué inivtaste al salame este que resulta ser tu ex?
—No fui yo, fue Mara.
~
Tres y media de la mañana. Ya casi no quedaba nadie, sólo Mara, Jonathan y obviamente, Guido.
Guido y yo estábamos sentados en los sillones de la sala, bebiendo algo y hablando sobre cosas sin interés. Noté que no tenía toda su atención en mi, sino que estaba observando algo detrás de mi; sus ojos viajaban de acá para allá, controlando algo. Estaba muy serio.
—¿Me esperás cinco minutos? Voy al baño y vengo. —Asentí con la cabeza y lo seguí con la mirada. Me pregunté si también debía seguirlo físicamente... Guido estába actuando demasiado raro.
Miré a mi alrededor y noté que Jonathan tampoco estába, había desaparecido como por arte de magia. Y ahi me di cuenta, entendí qué era lo que Guido estaba controlando con la mirada mientras hablaba conmigo, estaba observando a Jonathan, y seguramente él fue al baño y Guido decidió seguirlo.
No me paré a pensarlo ni un segundo y fui directo hasta el baño, me quedé cerca de la puerta, intentando escuchar lo que decían.
—Eh... ¿Que haces? Salí. —Jonathan.
—No voy a salir hasta que me digas cuál es tu problema conmigo. —Guido.
—Vos sos el problema. —Jonathan.
—¡¿Y yo qué te hice?! —Guido.
—Nada, pero me molesta que le hables a Solange. —Jonathan
—Andá acostumbrándote porque me vas a ver muy cerca de Sol. —Guido.
—No te confíes mucho, estoy seguro de que ella va a volver conmigo. —Jonathan.
—Ah, mirá... ¿Y qué es lo que te lo asegura? —Guido.
—El beso que nos dimos antes de que vos aparecieras. —Jonathan.
Y eso fue todo lo que escuché, continuaron hablando, pero yo me alejé de la puerta y volví a la sala con el corazón en un puño. ¿Cómo le iba a explicar a Guido que Jonathan me besó a la fuerza? Bueno... Por empezar... ¿Porqué tendría que darle explicaciones a Guido?
Pasaron apróximadamente diez minutos hasta que Guido salió del baño.
Se dirigió hacia mi dirección, pero no para acercarse a mi, sino para tomar su campera que estába en el sillón, detrás de mi. Sus intenciones eran claras, se iba a ir.
—Guido.
—Me voy.
—¿Porqué? ¿Que pasó? —Pregunté como si no supiera nada.
—Que te lo explique Jonathan, mejor.
Se fue azotando la puerta, dejando el departamento en completo silencio. Mara me miraba con los ojos muy abiertos. Jonathan sonreía arrogantemente.
—Se van... Los dos... ¡Ahora!
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Sacrificios [Guido Sardelli] [Sin editar] ©
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